martes, 13 de octubre de 2009

Prejuicios

Ya que últimamente ha brotado el economista que reside en mi pero que es tímido para escribir introduciré un nuevo concepto que economista que se respete ha dicho alguna vez: ceteris paribus. Una forma importante de decir "todo lo demás constante". Y es que para el ejercicio serio de la economía dejar "todo lo demás constante" es algo bien importante. Cuando un físico estudia el efecto de la gravedad intenta controlar todo lo demás en su laboratorio: la fricción, la temperatura, la presión del aire... para poder decir que el efecto sobre un cuerpo se da por la gravedad debe comparar controlando todo lo demás que pueda interferir. Todo lo demás constante.

En economía es aún más importante ya que no podemos sentarnos a repetir mil veces la sociedad en la que vivimos y muchos datos de los que tenemos solo se observan una vez. Por ejemplo, para saber que las mujeres son discriminadas en el mercado laboral se compara una mujer con un hombre con educación, edad, hijos, estado civil y demás igual. Lo único que cambia es que ella es mujer y él es hombre. Si esta mujer hipotética gana menos que este hombre hipotético podemos decir, con un grado de certeza, que la están discriminando.

Los detalles técnicos de como se hace eso los dejaré para después (y como mis lectores fieles saben "después" en mi blog significa "nunca" o, en el mejor de los casos, "muuuuuuuucho después"). Por ahora me concentraré en la discriminación y en el "todo lo demás constante" para una breve reflexión que surgió de una comida. Tiene que ver con la homofobia.

No es raro escuchar quien se refiere a los homosexuales como aberrados. Muchos todavía creen hoy en día que todos son violadores, pederastas o las dos al tiempo. Todavía más curioso hay quienes lo ven como una enfermedad contagiosa ("no deje que los niños anden con él porque se les pega lo marica") y, en general, son tomados como una proyección de nuestros temores. No dispongo de información pero apostaría a que el número de pederastas homosexuales y heterosexuales es igual o muy cercano. Así como hay ladrones homosexuales hay ladrones heterosexuales. Así como hay parejas heterosexuales estables que se aman, también las hay homosexuales.

Dejando todo lo demás constante, no debería pensar lo peor de un homosexual ni tampoco darle un trato privilegiado. Las dos son discriminación. Trato diferente. Prejuicios... la tolerancia no quiere decir "dejemos que los pederastas violen niños", la tolerancia quiere decir "lo que importa es que sea pederasta, no su orientación sexual". Lo traigo a discusión porque muchos confunden las dos categorías aún cuando una no es condición necesaria ni suficiente de la otra. Puedo diferir de su estilo de vida (como difiero de los creyentes, de los antropólogos, de los noveleros, de los reggaetoneros, de los que gustan del fútbol) pero, en principio, no debería rechazarlos en función de eso.

Al párrafo que acabe escribir seguiría otro sobre la moral, lo que consideramos bueno y malo. Tristemente, aunque el tema me apasiona, ya son las 10:30 de la noche y mañana madrugo. Lo dejaré hasta aquí y, si alguien quiere hablar de la moral (y sé que más de uno querrá hacerlo) abajo queda la cajita de comentarios. Yo dormiré...

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