viernes, 31 de julio de 2009

¿Por qué la actividad de los bancos es incomprensible?

La diatriba sobre el trato que me dio Bancolombia es la entrada más comentada de este blog (5 personas). En aquella ocasión comencé aclarando que mi problema no es con la institución de la banca sino con un banco en particular. He leído hoy una noticia que me da razones para expandir mi postura sobre ese tema.

Dice Portafolio que una encuesta reciente revela que la gente ya no cree en los bancos. Además, para aquello del dramatismo, hace énfasis en el hecho de que hoy la gente confia menos que hace un año al punto de que, hoy en día, los bancos tienen la misma imagen que tenían cuando estalló el UPAC. Como supondrán, eso es descubrir el agua tibia. Casi todo el mundo desconfia de los bancos, se escucha en los noticieros, se lee en los periódicos, se escucha en radio y le cuentan a uno los amigos (como yo, después del mal genio que me dio con Bancolombia).

Mi problema fue exclusivamente de servicio al cliente. Cuando en un restaurante me atienden mal le digo a mis amigos y conocidos para que no vayan, pero no me pongo a decir que la carne era de caballo. Por más mal que me traten los bancos, soy un gran convencido de que es el mejor sitio para guardar mi plata. No porque Bancolombia me trate como un don nadie (que lo soy, pero no tienen que hacerlo tan evidente) quiere decir que piense que me roban la plata. Tampoco soy de los que piensa que las ganancias de los bancos sean aberrantes, si ganan mucho algo tienen que estar haciendo bien.

El problema de fondo lo menciona Rudolf Hommes de forma tangencial: la gente no tiene ni idea de como funciona un banco. De forma sencilla lo que hace un banco es recibir mi plata y pagarme por dársela (ahorro). Mi plata, junto a la de mucha más gente, se la da luego a otras personas que la necesitan y están dispuestas a pagarle al banco por ella (crédito). La diferencia entre lo que le pagan al banco y lo que el banco me paga es lo que gana el banco.

Que lo que me paguen sea poquito o lo que le cobren al otro sea mucho, es otra cuestión. Lo importante es que teniendo mi plata en el banco al menos me pagan algo, por pequeño que sea. Además, no tengo el problema de estar cuidando celosamente una cajita con todos mis ahorros. Pero como todos queremos ganar plata fácil, queremos que el banco nos de $100 por cada $50 que damos.

La cruda realidad es que los negocios que más pagan son los más arriesgados. Como el banco solo hace negocios con seguridad casi completa, pues paga poquito. Si lo que todos aquellos enamorados de DMG quieren es ganar mucha plata, pues que busquen inversiones bien arriesgadas. Así, cuando pierdan la plata, al menos lo habrán hecho de forma legal.

Por el otro lado cuando se habla de crédito comienzan a sonar los violines y sale un señor con cara triste diciendo que ha tenido que pagar su casa 10 veces... ¡10 veces! Los bancos deben estar manejados por unos seres malvados que patean cachorritos solo por diversión... ¿O no?

Los bancos tienen que pagarme por la plata que les dí. Además, por aquél fenómeno conocido como "inflación", un peso de hoy vale menos que un peso de hace 10 años. Si no me creen pueden preguntarle a sus abuelos cuanto les costó el primer carro que compraron. El primer carro que compró mi abuelo costó $200, sin miles ni millones. Los mismos $200 que vale hoy en día una cajita pequeña de chicles.

Con este ejemplo pregunto: Si usted le presta $1 millón a alguien hoy para que se los pague en 10 años ¿le recibiría el mismo millón? Si su respuesta es "si", por favor, necesito plata prestada. Si su respuesta es "no", felicitaciones, los bancos responden lo mismo. Por eso es que (nuevamente los violines) la casita que el señor de cara triste compró hace 15 años en $50 millones hoy vale $100 o tal vez más. Pero nadie lo ve diciendo "la vendo en los mismos $50 que me costó" ¿Eso lo hace un ladrón? No, eso lo hace un hipócrita.

Hay otras cuesiones sobre poder de mercado que hacen que traten a los clientes como se les da la gana o que cobren $7000 por sacar plata de un cajero. Sin embargo, estas cuestiones no son centrales al negocio bancario y no deberían ser razones para desconfiar de los bancos. Son razones para exigir mejores tratos y quejarse ante quienes deben escucharlo.

Quien contrató la entrevista fue el gremio bancario. A ellos una sola propuesta: dejen de gastar plata en encuestas mientras esperan que mágicamente mejoren las cosas. Mejor les propongo que la gasten en hacer un par de campañas educando a la gente, luego, si quieren, miran qué tal les fue con eso. Pero si la gente sigue pensando que los bancos son una rama del gobierno dedicada a espiar las transacciones de los ciudadanos, no creo que vayan a salir pronto de su 2% de imagen favorable.

jueves, 30 de julio de 2009

Los cálculos actuariales, un tema serio.

Como economista siempre he tenido muy presente el tema de las pensiones. No sólo porque como profesional en función de la “asignación eficiente de recursos escasos” debo estar velando por el bienestar social, o por las implicaciones del endeudamiento del gobierno, sino porque es una de las decisiones más fundamentales a la hora de “decidir” estar en la rama financier.

Por ello cuando vi el titular de este artículo, se despertó en mi un gran interés. Como ya me ha pasado varias veces con prensa nacional en lo que se refiere a temas financieros, fue una completa decepción. Es una biografía de un nivel de cuarto de primaria, sobre el día de una persona que está dedicada a un tema serio, con un gremio que está muy preocupado del futuro, el de los seguros. No hay un aporte más alla de la descripción de una niña de primaria de lo que haría una persona que conoció.

Este artículo, es un gran contraste con el titular que publicó El Tiempo hace ya rato. Parafraseando, el titular iba más o menos así: “MÁS DE LA MITAD DE LOS COLOMBIANOS NO SE PODRÁ PENSIONAR, HALLAZGOS DE UN ESTUDIO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA”. El artículo del Banco lo conocí porque fue desarrollado con la colaboración de un amigo cercano. Su más importante y revolucionaria conclusión es en realidad un lugar común para los que seguimos el tema: La forma en la que las personas ahorran para pensionarse no alcanzará para que tengan un estilo de vida similar al que les brindaba su sueldo como trabajadores. Esto es tan serio como un infarto, y además de ser cierto.

Sin entrar en detalles técnicos, las personas que cotizan sólo lo que les obliga la ley, sin ningún proceso de “interrupción” en su trabajo (desempleo), se pensionará en el mejor de los casos con el 55% de su sueldo normal. En otras palabras, una persona que estaba acostumbrada a vivir con un sueldo de $3,000,000 deberá vivir con $1,650,000. En teoría, si sus hijos ya se fueron y sus obligaciones ya fueron pagadas (hipotecas y deudas) tal situación no es tan grave. Lo grave es que si tuvo un proceso de “cesación”, ese porcentaje bajaría sensiblemente, incluso más si fue en su vida laboral temprana. Estos cálculos son realizados bajo el supuesto de un ingreso constante, esto quiere decir que se supone que la persona gana el mismo sueldo a través del tiempo, compensándolo exáctamente por el incremento de la inflación. Lo que sucede en la mayoría de los casos, es que el sueldo "terminal" debe ser mayor al su sueldo inicial (por efecto de ascensos y aumentos) y en realidad es probable que su mesada sea menor a la calculada. Personalmente no me gustaría depender de mis hijos o nietos, y la mejor manera de prevenirlo es comenzar a encontrar soluciones con 25 años de ventaja.

Esto es sólo un pequeño porcentaje del serio tema del cálculo actuarial. Independientemente del poco conocimiento que tenga un periodista de lo que escribe, muestra que los cálculos actuariales afectan a toda persona que trabaje para vivir, y que espera dejar de hacerlo en su vejez, mereciendo un retiro digno. Es importante investigar y asesorarse con información seria al respecto, y tomar decisiones con efectos de largo plazo: bien tomar la opción de arriesgarse a “estirar la mesada” para poder vivir como cuando se trabajaba (lo cual considero improbable), o tomar decisiones que multipliquen esfuerzos y recursos en el largo plazo. Gracias a el efecto del interés compuesto (el interés del interés), mientras más pronto y constante sea la decisión, mayores serán los efectos futuros.

Preguntas... preguntas...

Si, dije que las noticias las intentaría comentar en Twitter, pero esta es muy jugosa como para dejarla pasar.

Leo en El Espectador que por culpa de la contraloría distrital, la Secretaría de Educación perdió $1000 millones. Resumiendo la historia: hace más de 10 años las directivas de un colegio en Kennedy decidieron que el campo electromagnético estaba causando la muerte y enfermedad tanto de niños como de profesores. Ante esta macabra realidad la contraloría decidió que se tenía que arrendar otro sitio para que los niños (¿Alguien puede pensar en los niños?) estuvieran alejados de tan nefasta influencia. 10 años y $1000 millones en arriendo más tarde, resulta que el colegio no era la trampa mortal que las directivas creían.

Vamos con unas preguntas ¿Por qué la facultad de artes de la Universidad Nacional fue la que determinó que el campo era nocivo? ¿No debería haberlo hecho, se me ocurre, LA FACULTAD DE INGENIERÍA? La facultad de medicina también me parece una buena opción ¿No leyeron las directivas del colegio, los funcionarios de la contraloría o cualquier otra persona, los estudios que muestran que el campo electromagnético no tiene efectos nocivos para la salud*?

Según los estudios adelantados por Codensa y el Ministerio de Minas y Energía lo único necesario era un metro y una calculadora para darse cuenta de que el colegio no era una trampa mortal. Creo que a los artistas de la Universidad Nacional no les enseñan mucho sobre perspectiva y proporción... lástima, una universidad tan buena algo malo debía tener**.

*Aunque no puedo afirmar que realicé una investigación exahustiva si puedo decir que las únicas fuentes que encontré sobre efectos adversos afirman que son 1) muy débiles, 2) de muy largo plazo o 3) en páginas que hacen parecer el Time Cube producto de una mente brillante.

**No, no es sarcasmo.

Me voy a comprar una grabadora

Escribir es algo complicado por muchas razones, la más grande de ellas es que la inspiración y el teclado no siempre llegan juntos. Creo que a todos nos ha pasado cuando teníamos que escribir un ensayo del colegio o de la universidad que, después de un día completo de mirar una hoja en blanco, decidimos finalmente irnos a dormir. Es en ese momento, cuando el computador está apagado y toda la casa en silencio, que llegan las mejores ideas. No son ideas al azar, de verdad me ha pasado que mi mente comienza a dictar, con perfección, las palabras que estuve buscando toda la tarde.

Algunas veces decido que el costo de levantarme y prender el computador es infinitamente alto así que hago lo posible por recordarlo todo y escribirlo pero usualmente todo es en vano. Esto no quiere decir que la solución sea despertarse inmediatamente a escribirlo. La inspiración se desvanece con los tres primeros pasos y es muy difícil recordar palabra por palabra un dictado de 20 páginas.

Lo peor es que hay pocas opciones para atacar el problema: una es hacer lo que hago y escribir todos los días forzando la inspiración a salir. Rogando por el extraño día en que se conjuguen la inspiración, el teclado, el tiempo libre y la falta de distracciones para escribir algo bueno. Otra solución es comprarse una grabadora y tenerla todo el tiempo lista para grabar las cosas que se van ocurriendo.

Este último método parecería ser el ideal pero tiene dos desventajas que vale la pena mencionar: la primera es que cuando uno se está quedando dormido no sabe si está soñando ya. Puede darse el caso de que mi cerebro esté jugando conmigo, me hace creer que tiene una buena idea en lugar de tener una buena idea (que son cosas bien distintas).

La segunda desventaja es que la inspiración, de verdad, llega en los momentos menos esperados ¿Cuándo se me ocurrieron los modelos para sacar adelante mi tesis? Colgado de un tubo en transmilenio. Fueron momentos angustiantes los que pasé para recordar las fórmulas mientras alguien dejaba su codo impreso en mis costillas. Eso sumado al miedo que dá sacar cualquier pieza de tecnología en cualquier sitio que no sea la casa ¿Me lo robaran? ¿Entenderá el ladrón qué es la microfundamentación de la macroeconomía? ¿Se reirá de mi predilección por Pokémon? Tampoco es muy pertinente sacar la grabadora en medio de una reunión y comenzar a narrar lo que será la próxima entrada de mi blog.

No me extraña que sean tan pocos los libros que vale la pena leer y que a medida que un escritor va siendo más famoso (o comienza con más plata) escribe mejor. Tiene más tiempo para escribir y para pasar horas completas mirando una hoja en blanco hasta que la inspiración decide que es un buen momento para llegar sin preocuparse de la plata que dejó de ganar para escribir tres párrafos lánguidos que serán borrados durante la siguiente sesión.

Los dejo con esta reflexión por ahora, me iré a comprar mi grabadora y me sentaré a esperar algo de inspiración.

miércoles, 29 de julio de 2009

Jugando con los legos...

La palabra "lego" la escuché por primera vez en boca de mi novia, futura pediatra, y es el término con el cual los médicos se refieren a la gente como yo que no sabe de medicina (no los bloques de plástico). Cuando me enfrenté por primera vez al término pensaba que era una cosa de médicos y qué tal vez cada profesión tenía una palabrita similar. La verdad es que deseaba que los economistas en particular tuvieramos una palabra que designara específicamente a quienes no saben de economía. Para poder decir "acabo de dar un curso de microeconomía para [insertar la maravillosa palabra que no existe]".

Después de una exhaustiva investigación de 20 segundos en internet encontré que la Real Academia Española (la mente maestra detrás de la discriminación por género) tiene cuatro definiciones de "lego". Tres de las cuatro tienen que ver con religión: que tiene orden clerical, que no tiene opción de acceder a la orden clerical o una monja exenta de coro. Finalmente un lego es aquel "falto de letras o noticias".

En un sentido amplio podemos pensar que un lego es aquel que ha sido privado de un conocimiento especial. Para los religiosos es alguien que no es clérigo, para los médicos es alguien que toma goticas homeopáticas (aún ahora me niego a creer que un médico de verdad defienda la homeopatía) y para los economistas es la gente que pide hechar por tierra TLC's bajo la premisa de que Colombia es una potencia en términos de elaboración de computadores.

Para todas las áreas del conocimiento humano es importante alcanzar de una u otra forma a sus respectivos legos. No porque crea que quienes dicen que los académicos vivimos lejos de la realidad. Todo lo contario, de verdad me parece que una mejor comprensión de los problemas que nos afectan a diario haría de este un lugar mejor. El problema no es que el académico esté alejado de la realidad sino que para nadie es claro qué tan cerca se encuentran. La gente moriría menos por automedicarse o finalmente habría un debate serio sobre la pobreza.

Una parte del problema radica en que todos nos créemos expertos: Como todos hemos tenido gripa, por lo tanto todos créemos que sabemos que hacer si nos da una neumonía (malas noticias, la vitamina C no hace nada contra la gripa). Como todos hemos comprado la leche y los huevos del desayuno, por lo tanto todos créemos que sabemos como sacar un país de la pobreza (aquí no hay vínculo, basta abrir la página editorial de cualquier periódico un día al azar). Y la verdad es que estamos muy lejos de eso. Ni siquiera quienes han dedicado su vida a estudiar esos problemas han llegado a respuestas ligeramente aceptables.

Lo anterior no quiere decir que solo médicos y economistas pueden opinar sobre los respectivos problemas. Quiere decir que las opiniones serían más interesantes y enriquecedoras si tuvieran algún tipo de conocimiento detrás de ellas.

¿Por qué mi abrupta preocupación sobre el tema? Porque estaba cumpliendo con mi segunda promesa (la del TLC) y finalmente decidí dejarla archivada por un momento, mientras decido una forma interesante y divertida de presentarla sin dejar de lado el fondo. Admiro a los autores que pueden presentar conceptos complejos de forma simple, y veremos si llego a ser uno de ellos. Por ahora esta entrada es la introducción a lo que llamaré la serie de "educación en economía para [insertar la maravillosa palabra que no existe]".

Se reciben sugerencias para los temas y también para la [maravillosa palabra que no existe].

martes, 28 de julio de 2009

Bloggeando de noche

Hoy no escribí nada en todo el día. Un par de cosas en Twitter y ya. No es que me esté quedando sin ideas, ya hice unas promesas y espero cumplirlas antes del viernes. Digamos que hoy no me encontraba inspirado y, en este preciso momento, tampoco.

El gran problema es que ya escribí sobre no escribir, así que volver a escribir sobre no escribir sería como plagiarme, el colmo de lo poco original.

Creo que es la primera vez que hago una entrada desde mi casa. Habitualmente almuerzo más rápido o me quedo 20 minutos después de trabajar escribiendo. Escribir de afán me quita el estrés de escribir y se impone por completo a mi perfeccionismo innato, el mismo que me impide dibujar (no soy muy dado a aquello de los bocetos, mucho menos de los borradores).

Al tener tiempo me siento obligado a pulir más las cosas. Siento que debo leer, releer y seguir leyendo hasta que esté como me gusta. Pero jamás está como me gusta y, entre más lo pienso, menos me convence y decido que tal vez sea mejor dejarlo para después... mucho después, debo tener unas 5 ó 6 entradas "en borrador" que muy probablemente jamás vean la luz del día.

Ya no quiero escribir mucho más porque estoy viendo televisión y el programa está muy bueno (los eternos Simpsons). Por eso dejaré estas palabras ligeramente inconexas expuestas al escarnio público, no las voy a revisar y se irán tal y como fueron saliendo.

Mañana escribiré algo con más contenido... de vez en cuando es bueno hacer una confesión (que debe estar por ahí, en algún sitio).

lunes, 27 de julio de 2009

El poder de mercado es una m***

ADVERTENCIA: Lo que usted está a punto de leer no es más que un derroche de mal humor, cero propositivo y absolutamente personalista. Sin embargo, creo que todos, en algún momento nos hemos sentido así.

Primero lo primero: amo a los bancos y al sistema financiero. Creo que todos los economistas los aman o, por lo menos, admiten que tienen una de las funciones más importantes en el ciclo económico: multiplicar la plata, o el dinero, para ser menos coloquiales. Yo tengo plata que le doy al banco para que no me atraquen y el banco se la da a alguien que la necesita para hacer negocios, comprar una casa, un carro o irse de paseo en crucero. Esta aclaración la hago antes de que lleguen todos aquellos que solo saben repetir que los bancos son engendros del demonio que le roban la plata a la gente.

Ahora, a la historia.

Como todo adulto responsable ya tengo algunas cuentas por pagar a mi nombre (o de mi padre, pero igual las pago yo). En el banco que estaba antes (Davivienda) pagar era algo tan sencillo como levantar un teléfono, pasar 5 minutos por cada transacción y ¡Listo! ya no le debía nada a nadie durante otro mes. A veces lo hacía por internet, en cuyo caso eran cuatro o cinco clicks, ingresar dos o tres claves y, al cabo de 10 minutos, sin salir de mi casa, había terminado.

Por alguna razón que no comprendo del todo con Bancolombia estas transacciones son algo misterioso. Creo que debe ser mi culpa. Finalmente son cuentas de empresas tan desconocidas como Comcel, ETB o Telecom. Nada comparado a las empresas con las que Bancolombia tiene convenios como el poderoso conjunto residencial Flamingo Real o ese emporio de las telecomunicaciones que es Beepertel del Valle.

Debido a lo anterior tengo que desplazarme a una de las oficinas del banco para poder pagar. En este momento ya comencé mal ¿Por qué Davivienda me ofrece la posibilidad de pagar como se me de la gana y Bancolombia me obliga a ir al banco? La respuesta es sencilla: Bancolombia tiene poder de mercado y mi empleador no me paga si no es con ellos. Así que entre recibir mi sueldo o poder hacer transacciones por internet escojo lo primero (y créanme cuando les digo que hice todo lo que pude por no caer en sus garras).

Pero bueno, me estoy desviando. He salido de una reunión y aproveché para hacer la vuelta. Debo aclarar que lo que voy a narrar a continuación no sucedió en una sucursal de un sitio en medio de la nada sino en la que queda en el edificio que se llama como el banco. Sucursal que, ingenuo yo, supuse que tendría un servicio aceptable.

Llegué al banco y, otra vez recordando a Davivienda, asumí que la fila que decía cliente preferencial era para los clientes del banco. Tengo mi plata en su banco (no es mucha, pero igual algo representa) así que asumo que algún trato preferencial debo tener como, adivinaron, una fila más corta. Me dispuse a hacer la fila que, si bien me dio mamera, hice con gusto porque iba a deshacerme de eso antes del almuerzo. Pasó un cliente... Pasó otro cliente... otro más y eso me dejaba de primero. Al llegar con toda la emoción sucedió lo siguiente:

Cajero: "buenos días señor ¿en qué puedo ayudarlo?"
Yo: "vengo a pagar estas tres cuentas" dije pasándoselas
C: "¿tiene tarjeta de cliente preferencial?"
Y (ingenuamente): "¡Si!" y pasé mi tarjeta débito amarilla que me certifica como cliente
C: "lo siento señor, pero esa no es tarjeta preferencial, le toca hacer la otra fila" la otra fila tendría unas 50 personas.
Y: "¿Y entonces, hay alguna fila para clientes no tan preferenciales como yo?"
C: "Lo siento, en ESTA SUCURSAL NO RECIBIMOS ESA TARJETA"

Me queda una sola pregunta: ¿Si no reciben mi tarjeta, si la fila que estaba haciendo no era, por qué carajos no ponen un poster gigante avisando que no es? Si al entrar a la sucursal me informaran que esa fila no era no me habría molestado tanto. Pero como imprimir un aviso es tan caro, el banco más grande de Colombia prefiere que sus clientes pierdan el tiempo.

En fin... tomé aire, dí media vuelta y me fuí. Saqué plata del cajero y me dirigí a mi oficina, tenía muchas cosas pendientes como para una fila de 50 personas.

En la tarde fuí a la sucursal que está cerca a mi oficina, hice la fila juicioso y al llegar la cajera me pregunta

C: "para pagar con tarjeta debito en cajero solo se pueden transacciones de más de un millón de pesos"

Creo que mi cara de pronto homicidio la disuadio de hacerme ir al cajero automático a hacer un retiro de medio millón de pesos y luego subir a hacer la fila que ya había hecho. Muy querida me explicó que no se podía pero que haría la excepción conmigo.

Nuevamente ¿¿¿¿¿DÓNDE ESTÁ EL MISERABLE LETRERO????? Casi pierdo otra hora de no ser por el corazón grande de la cajera que me atendió al final.

Al final del día no me quedan sino preguntas: ¿De verdad puede mi empleador obligarme a elegir un banco? Creo que debe existir algún tipo de protección, pero no soy abogado así que ni idea ¿En serio alguien le deja su plata a Bancolombia cuando lo tratan como lo tratan? Si le gusta que lo maltraten con todo el gusto del mundo yo lo hago... y gratis.

Solo me resta decir que tan pronto tenga la oportunidad voy a cerrar la cuenta en Bancolombia, voy a hacer cada cosa que esté en mi poder para que si alguien la quiere abrir en ese banco del infierno lo piense dos veces y me pondré a buscar el recoveco legal que obligue a los empleadores a dejar a los empleados consignar su plata donde les venga en gana. No tengo que sufrir por los errores de otros.

Una observación y tres promesas

Tengo unos cuantos temas entre el tintero que he querido tratar pero no sé si hoy alcance a hacer algo. Por eso, mejor hago una promesa de tratarlos y sentirme mal si no lo hago que decirme "hoy es el día" y jamás hacerlo. Debido a lo anterior las tres promesas:

  1. Hace unos días vi uno de esos letreros de papel que pegan en las paredes de la ciudad que decía "Vuelven las Carabelas -- TLC con Europa" y alguna otra cosa sobre mantener la independencia ¿Por qué le duele la patria a la gente que usa impresoras alemanas, ropa de marca gringa tejida en China y pegante de algún otro país?
  2. Odio a Bancolombia. Pese a que amo a los bancos y a la banca, Bancolombia me parece lo peor. Por esa razón estoy a punto de sacar el revoltoso que todos llevamos dentro y boicotear ese banco...
  3. Me hace falta concluir aquello de los juegos de rol (que pueden encontrar aquí y aquí). Mientras escribía me fue pareciendo menos interesante, pero ahora, nuevamente, me vuelve a llamar la atención.

Y la observación: mi mamá lee mi blog, finalmente voy a poder hacer lo siguiente "Hola madre! Ya casi soy famoso"

Hasta una nueva oportunidad.

viernes, 24 de julio de 2009

La autopromoción descarada...

...parece que si sirve.

Este sitio pasó de tener 3 lectores a tener 24 salidos de quién sabe dónde. Tal vez desde que, muy sutilmente, me autopromocioné en Facebook. Supongo que ese crecimiento de 800% quiere decir que tengo que comenzar a cuidar aquello de la gramática y la ortografía. También supongo que más de uno se habrá acabado de enterar de más de una cosa mía que no sabía. Asumo que por cada uno que piense que mi blog es lo máximo, hay por lo menos otro que piense que perdió el tiempo. Pero no importa, desde que me lean (así sea con odio) cuenta.

Se reciben comentarios y críticas pero no sugerencias. Este aparato sigue siendo solo mio, especialmente porque Camilo escribió dos cosas y se asustó...

Bienvenidos, ojalá vuelvan (a ver esta bienvenida...)

Paranoia

Y yo que había prometido no hablar de política...

Comenzaré con el pretexto: el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela (Venezuela, para abreviar), Hugo Chávez, está de shopping en Rusia ¿Qué está buscando? Tanques, no de agua sino de guerra, armas y demás provisiones bélicas ¿La razón? Que Colombia quiere invadirlo o, al menos, facilitar que EEUU lo invada. Desde que se supo lo de los militares gringos en Colombia, nuestros vecinos a la izquierda se han puesto inquietos. No es para extrañarse, Sudamérica siempre ha tenido esa misteriosa prevención con Norteamérica y ese delirio de caperucita roja pensando que el lobo feroz siempre se la quiere comer.

Este modo de fantasear me parece fascinante por diferentes razones: la primera, parece que solo le da a quienes comulgan con la izquierda de algún tipo, además, entre más a la izquierda se encuentra, más febril es la ilusión. Creo que tiene que ver con nuestro delirio de niña bonita y de jurarnos la última Coca-Cola del desierto. Pregunto ¿Qué tenemos tan especial como para que los gringos quieran invadirnos? Especialmente si pueden dominarnos sin disparar un solo tiro. Además ¿en realidad es tan malo? Para quienes me conocen, sabrán cual es mi respuesta, pero dejemos abierta esa pregunta para la reflexión de cada cual.

La segunda, es claro el poder populista de este tipo de retórica, apela a ese segmento de la población que dice ser pobre porque la sociedad no lo deja surgir. Los gringos son la causa y la razón de los problemas ¿hay desempleo? Claro, si es que los gringos se llevan el petróleo (¿?) ¿Hay pobreza? Claro, si es que las maquilas gringas pagan salarios de miseria (aún cuando son mayores que el 99% de las alternativas). A mi modo de ver, este tipo de pensamiento es propio de una lógica pobre y perezosa.

Finalmente, sé que hay mares de tinta derrochados sobre la facilidad con la que los pueblos se dejan dominar cuando hay un enemigo común. Así que ¿Por qué no asumir nosotros ese papel para los venezolanos? Ya es claro que para Hugo Chavez cualquiera que no sea socialista es el enemigo, muy a lo matrix, todos somos máquinas. Y, la gran ironía de ironías, quienes ya apoyan ciegamente al líder se enorgullecen de sus tanques, aún cuando esa plata podría ir a cualquier otra cosa más urgente (hospitales, colegios, vías... o pagar la deuda que tienen con Colombia, por ejemplo).

He sido algo personalista en esta retahila, pero la verdad es que puedo extenderla a cualquier otro paranóico en cualquier otro lugar y de cualquier otra corriente política. La verdad, lo que más me choca es que 70 millones de personas tengan que pagar por la paranoia de uno solo que se cree tan importante como para ser invadido.

Especialmente porque,a mi modo de ver, una invasión militar es algo muy poco probable. Los gringos están hasta el cuello en Irak y Afganistán. Con el personal que van a traer a Colombia a duras penas se podrán tomar Surinám. Además, con la forma de portarse de los líderes paranóicos, eventualmente el pueblo que gobiernan se harta y los hace caer. Por más que a alguien le duela la patria, primero le duele la barriga. Si no me creen busquen a sus amigos "socialistas" del colegio y luego me dicen qué tan dispuestos están de repartir su sueldo entre los pobres.

jueves, 23 de julio de 2009

Twitter

Últimamente me cuesta más escribir que cuando comencé con este blog. En parte es porque desde hace un tiempo decidí que no quería ser un comentarista más de noticias. Si hacemos cuentas, de 38 entradas publicadas, unas 25 deben ser comentarios de noticias o insultos a columnistas. Lo que eso significa, en realidad, es que tengo poca inspiración y que aquello que escribo hoy probablemente mañana no será tan interesante.

Ese es un hecho que me preocupa abiertamente dado que me gusta pensar que soy un tipo original, con buenas ideas y contenido novedoso. Pero, si me limito a comentar e insultar, estaré más lejos de ser escritor de SoHo (¡¡¡mi sueño secreto revelado!!!) y mucho más cerca de escribir para El Tiempo o, peor aún, algún periódico de esos de barios (como los de las juntas de copropietarios que nadie lee).

Como este sitio es un ejercicio para obligarme a escribir seguido y obligarme a escribir bien he tomado una decisión: abrir Twitter. O, mejor dicho, reactivarme en Twitter.

Para los que no saben Twitter es el nuevo Facebook (que a su vez fue el nuevo MySpace, que a su vez fue el nuevo Hi5, que a su vez fue el nuevo AOL, que a su vez fue el nuevo Geocities y así al infinito hasta llegar a ARPAnet). En este sitio uno puede escribir pensamientos cortos, de 140 letras o menos (lo cual es una pesadilla para un amante de los puntos suspensivos y las exclamaciones múltiples... ¡¡¡Como yo!!!) y dejar que el mundo los vea. En mi caso, el mundo es, hoy en día, 22 personas de las cuales solo 2 leen mi blog.

Así que, a partir de ahora (y lentamente) en Twitter insultaré columnistas y reporteros y en el blog intentaré hacer cosas más novedosas, reflexiones profundas o insultos más elaborados. Eso no quiere decir que cosas como las que dije de Florence Thomas o de Gonzalo Gallo van a dejar de salir aquí, solo quiere decir que el premio de los estudiantes de derecho de los andes tendrá otro hogar.

En fin... resumiendo: hay que abrir Twitter y seguirme y hay que seguir leyendo el blog y comentándome (bien sea escribiendo o cara a cara). El día que escriba en SoHo les agradeceré a todos con nombre propio.

miércoles, 22 de julio de 2009

Siete poderes

Ya hablé anteriormente de esta columna. También prometí que hablaría un poco más sobre unos tales "poderes". Se me pasó una semana larga durante la cual el trabajo estuvo pesado y no escribí nada. Ahora vengo a cumplir lo prometido.

A los que llegaron tarde les recomendo leer la entrada y la columna para no llegar tan perdidos. Pero, en resumen, leí un texto de un columnista que no se sabe si es católico, budista, nueva era o simplemente idiota. Puedo parecer duro, pero como ya lo he dejado claro muchas veces, el pensamiento mágico es algo que me estresa mucho. Nada para aliviar los problemas que tener a alguien diciendo "es tu culpa por no desearlo con todas las fuerzas" o, peor aún, "resignate, es el destino". Por eso es que dedico tiempo a este tipo de empresas.

En la columna mencionada pasa todo eso y bien podría llevar por título "resígnate". Habla sobre lo agradecido que debe ser uno y de las maldades de la ambición. Habla sobre el famoso poder de la atracción y sobre como cuando uno piensa en alguien esa persona lo llama. Pero lo que nos tiene aquí ahora son los siete poderes para sobrellevar las crisis.

Dice textualmente que

Cuando una crisis te azota cálmate, asúmela como un valioso aprendizaje y
usa todos tus poderes
Veamos a continuación cuales son los siete poderes, la definición que el escritor hace de ellos, un comentario de su humilde servidor y una mejor propuesta al respecto.

1) Poder espiritual: "la tremenda fuerza de la fe y de estar en sintonía con Dios"

-->Comentarios: Pregunto, ¿cual dios? Asumo que como vivimos en el país del sagrado corazón, la virgen del carmen y el niño dios está hablando del dios judeocristiano, conocido anteriormente como Jehova o Yaveh. Así que lo siento musulmanes, budistas, hindúes y ateos, la crisis los comerá vivos. Otra pregunta ¿la fe en qué? Nuevamente, supongo que no es en la capacidad propia de salir adelante dado que, ante las crisis, el autor recomienda resignarse.

-->Una mejor propuesta: El poder propio: La tremenda fuerza del ser humano cuando se convence de que tiene en sus manos todo lo que necesita para triunfar.

2) Poder mental: "piensa en lo mejor para atraer lo mejor. Elige un pensamiento positivo persistente"

--> Comentarios: Justo cuando creía que el consejo iba a ser "cultiva tu inteligencia para tomar decisiones acertadas e informadas"... que iluso soy. Resulta que solo deseando lo mejor se sale adelante ¿para qué estudié? Mañana mismo renuncio y me pongo a pensar cosas buenas ("voy a ganar el Baloto"). Para el columnista la mente humana, uno de los productos biológicos más fascinantes que existen, es sencillamente una maquina de pedir deseos.

--> Una mejor propuesta: El poder mental: Piensa, analiza, resuelve.

3) Poder emocional: "cultiva emociones sanas y destierra las venenosas: odio, culpa, rabia, envidia"

--> Comentarios: Este es el único de los siete poderes con el cual puedo decir que estoy de acuerdo. Que mal que esté en medio de tanta basura. Siempre he pensado que trabajar angustiado no lleva a ningún sitio y si hay que terminar las cosas. Hay una cosa que me choca ligeramente ¿Por qué el énfasis en lo negativo? Nuevamente, desde un punto de vista religioso es mejor afirmar que somos malos para purificarnos. Además, debe seguir el tema de la columna que es "no importa lo que hagas, no es suficiente así que ¿Para qué intentarlo?"

--> Una mejor propuesta: El poder emocional: cultiva emociones sanas, sonríe y enfrenta cada reto con la mejor disposición.

4) Poder de la visualización: "Cálmate, cierra los ojos y mírate logrando lo que deseas"

--> Comentarios: Pues... no sé. En este momento me veo terminando un doctorado pero, la verdad, creo que hay que visualizar unas cuantas cosas más: GRE, TOEFL, admisiones, becas, dos años de ciclo básico, tres años de investigación, seminarios de tesis, disertación y, ahora si, terminando un doctorado. La verdad es que le hace falta a este consejo y al columnista le vendría bien visualizar un par de argumentos mejores.

--> Una mejor propuesta: El poder de planear: cálmate y piensa, sin perder de vista el problema principal ¿Qué es lo próximo que debo hacer? Para alcanzar los deseos hay que tener un plan

5) Poder de la relajación: "Cada día saca tiempo para soltar tu cuerpo, respirar profundo y aquietarte una media hora. Esto te llena de paz"

--> Comentarios: Hablando de lugares comunes ¿Por qué soltar mi cuerpo y no pararme a caminar? ¿Por qué respirar profundo y no tomarme un vaso de agua? ¿Por qué media hora y no una hora o un cuarto? Si, estoy bobeando con los detalles y martillando el mismo punto. Pero, de verdad es irritante ver como hay quien se gana la vida inventando bobadas. Yo las invento, pero al menos tengo el coraje de admitir que las saco de ningún lado y no profeso ningún conocimiento superior.

--> Una mejor propuesta: El poder del esparcimiento: cuando te sientas agobiado haz algo que te distraiga, tomate una cerveza, duerme, mira televisión, lee un libro o respira profundo.

6) Poder de la palabra: "Que las palabras externas y las que te dices a ti mismo sean luminosas y motivantes"

--> Comentarios: En este punto creo que el lector inteligente ya notó que, hace un buen rato, todos los poderes son una variación más o menos escondida de la tal ley de la atracción. Puedo controlar lo que me digo a mi mismo (aunque eso puede rayar con la esquizofrenia) pero si alguien me quiere insultar no puedo evitarlo. Eso quiere decir que, o bien soy un pelele que satisface a todo el mundo, o bien estoy condenado a morirme por la crisis.

--> Una mejor propuesta: No tengo. La verdad este "poder" me parece tan ridículo que no hay alternativas. Solo un consejo: si las cosas que le dicen lo hacen seguir en crisis, es hora de visitar un sicólogo: ha sido víctima de la presión de grupo.

7) Poder de las posturas: "Mantén una postura erguida y hacia arriba, porque así levantas tu mente y tu alma"

--> Comentarios: ¿De verdad necesito decir algo? Este poder deja por fuera a los jorobados y a los altos (tengo que mirar hacia abajo a muchas personas para poderlas ver a los ojos, no por arribista). Por si no se han dado cuenta, en este sitio es donde nos damos cuenta de lo ridículo que es esto.

--> Una mejor propuesta: Ver el punto 6) más arriba.

Comentarios finales: Me fuí de largo con esta entrada y lamento si los perdí a mitad del camino. Si llegaron al final, les dejo una reflexión final: la felicidad no yace en recetas inventadas por pseudo intelectuales de turno, ni tiene reglas o caminos. La felicidad es algo que labramos nosotros y depende solamente de nosotros. Es una lástima que no seamos tan valientes para admitir que nuestras fallas son solamente nuestras, no parte de un plan mayor.

martes, 21 de julio de 2009

¿Por qué escribir un blog?

La pregunta que sirve como título de esta entrada suele tener un título aparte, donde el autor (o los autores) confiensan las razones que los impulsaron a compartir ideas que, en un principio, a nadie le preocupan. De haber seguido un orden normal, esta habría sido la segunda entrada de mi blog. En ella utilizaría lenguaje como "en un mundo cada vez más globalizado se hace importante resaltar la importancia del individuo", "hay un vacio en el tema X y este blog pretende llenarlo" y otras porquerías por el estilo.

La verdad, pura y dura, es que a nadie le interesa saber por qué alguien escribe un blog por varias razones: la primera es que a la proporción de la población que le interesa ya les contamos (madres, padres, novia, cuñada, amigos, enemigos, suegros, suegras y en general todo aquel que tenga 5 minutos para escucharnos). La segunda es que la gente busca un blog por su contenido, no por las razones de su contenido; si, este blog puede surgir de una búsqueda espiritual sobre la naturaleza humana, pero no importa, si el contenido es aburrido la motivación puede ser salvar cachorritos y el blog igual fracasará.

Entonces, surge la nueva pregunta ¿por qué escribir un por qué escribo un blog? La respuesta en este caso es sencilla: vanidad y falta de inspiración. Hablar de uno mismo es un recurso sencillo cuando la inspiración es corta y se quiere llenar una hoja en blanco, después de todo, nada más apasionante que yo mismo. Y mas le vale a los lectores pensar lo mismo, o si no pueden irse buscando otro blog (como este sobre la situación de derechos humanos en Vietnam). Los que sigan conmigo, descubrirán por qué decidí abrir un blog.

Para dar una respuesta concreta hay que ir un poco más atras en mi vida, cuando estaba aún en el colegio y en los primeros años de universidad. La adolescencia nos pega a todos, de formas diferentes, pero nos pega. A mi, en lo personal, me dio por dármelas de escritor. Por ahí tengo un par de cuadernos llenos de cuentos y poemas que escribía para desahogarme cuando estaba 1) triste o 2) muy tragado (secuelas de ser tímido).

A medida que pasó el tiempo y fuí creciendo, aquél desbalance emocional que servía como materia prima de lo que escribía fue desapareciendo: el mundo dejo de estar en mi contra, mis papás volvieron a ser aliados en lugar de represores y llegué a términos con el idealismo, no voy a cambiar el mundo, no voy a acabar con el hambre y no solo de amor vive el hombre. Dado lo anterior dejé de escribir y las pocas veces que lo intentaba no salía nada interesante ni muy real, era como si me pusiera una máscara de mi antiguo yo. Como no me gustaba lo que escribía, dejé de escribir.

Pasó el tiempo y decidí que quería volver a escribir algo más que ensayos sobre economía. Tuve un par de intentos fallidos y finalmente abrí este blog: un escenario para escribir lo que pienso sin la presión de tener que hacerlo bien. Sencillamente escribirlo, probar cosas nuevas y ver si sale algo interesante. A veces funciona, a veces no... pero no importa, tal vez, un día, después de tanto escribir de mentiras decida hacerlo de verdad (tan mal como lo hago)... mientras ese día llega, seguiré haciéndo lo que más me gusta: hablar de mí.

viernes, 17 de julio de 2009

Cosas breves

Sé que tengo como olvidado mi blog, pero esta semana ha sido especialmente compleja. Hasta ahora tengo 10 minutos seguidos libres en mi computador que voy a aprovechar para compartir dos columnas sobre los hipopótamos.

La verdad es que quería escribir algo sobre el tema. Primero dándome golpes de pecho por el hipopótamo, pero luego reflexioné y quise darme golpes de pecho, ahora por la prensa (como lo he hecho muchas veces antes).

Como el tiempo pasó, perdí el margen de oportunidad que tenía para hacerlo y ahora encontré unos artículos buenísimos sobre el tema. El primero sale hoy en el espectador y el autor se pregunta por qué nos damos golpes de pecho por un animal asesino (si, los hipopótamos matan mucha gente, no como quería pensarlo Daniel Samper Pizano) y no por la gente que matan a diario en toda Colombia.

El segundo salió el martes y lo aborda desde un punto de vista más pragmático: es un animal peligroso y sale más fácil matarlo que esperar a que mate a alguien. Así todos digan que eso es una muestra de la barbarie en la que está sumida el país, la verdad es que es una muestra de lo poco que leen sobre lo que pasa afuera y de lo poco que saben sobre lo difícil que es coger a un bicho de esos.

Finalmente, Semana.com, tiene un muy buen artículo donde, si bien no se lamenta por los humanos, si se lamenta por la muerte de especies nativas por las que nadie se preocupa. Tal vez los que salieron a llorar no saben qué tan complejo y frágil es el equilibrio de un ecosistema y como seis hipopótamos se lo pueden tirar (ejemplos hay muchos pero no tengo tiempo de buscarlos, quedan de tarea para el lector).

El fin de semana estoy de paseo, pero sigo debiendo lo de los "siete poderes"... lo tengo en la lista.

domingo, 12 de julio de 2009

El temor de ser uno mismo. La libertad de asumirlo.

Sale en la revista Semana un artículo sobre los hijos que deciden salir del closet. Me llama la atención el siguiente texto:
Frases como "ya se le va a pasar", "debe estar confundido" o "se le quita lo marica o deja de ser mi hijo", son muestras de la desinformación que existe sobre el tema.
Me recordó que ser ateo es, en muchos casos, como ser homosexual. Particularmente en un sitio tan conservador como es Colombia (donde hay clero en cuanta comisión se hace).

Sé de muchos que no son tan expresivos como yo sobre su postura en lo que tiene que ver con las hadas por miedo al ostracismo. Un miedo real, especialmente cuando la persona de quien depende su trabajo lleva cristales para garantizar el éxito.

A quienes saben que son ateos solo puedo decirles una cosa: hablen sin miedo y siéntanse orgullosos de serlo, el hecho de que el 84% de la población crea en dioses y hadas quiere decir que somos parte del pequeño grupo que aprendió a pensar sin temer.

Aunque me acusen de activista, vale la pena revisar la campaña Out de Richard Dawkins.

viernes, 10 de julio de 2009

Un poco de ira bien enfocada

Comenzaré con una pregunta bastante directa ¿de verdad le pagan a Gonzalo Gallo Gonzáles para que escriba este tipo de estupideces en un periódico de circulación nacional dedicado a las finanzas? Si ese es el estándar de escritura de una vez voy diciendo que quiero escribir en Portafolio o en El Tiempo, si ya no tienen criterio para seleccionar artículos de pronto les interesa publicar las diatribas persistentes de una persona como yo.

Es que, de verdad, ni si quiera sé qué es lo que me irrita más ¿su primer párrafo en primera persona lastimero y lleno de autocomplacencia? ¿su afán de que seamos miembros del club que no habla de crisis sino de recuperación? ¿su listado de los "poderes"? ¿sus referencias incesantes a la ley de la atracción? ¿su tonito new age/católico/autoayuda?

Me quisiera detener en muchas cosas y destruirlo de la forma en la que se merece pero no tengo ni el tiempo para hacerlo ni ustedes la paciencia para leerme. Por esta razón solo comentaré tres cosas (los poderes me pareció algo tan ridículo que lo tengo que hacer por separado):

Primero: aquello de "hablar más de recuperación que de crisis". Una de las primeras cosas que enseñan a los economistas sobre las crisis es que tienen un componente sicológico muy importante. De hecho, uno de los conceptos más interesantes en la macroeconomía es el de "profecia autorrealizadora" que consiste en que, a muy grandes rasgos, si la gente cree que va a haber recesión en el futuro se portan en el presente como si tal recesión existiera lo cual, adivinaron, causa la recesión.

De la misma forma, en temporada de recesión hay que ser optimista (sin ser descuidado) con el fin de mantener a la economía marchando. Ser optimista quiere decir que hay que consumir, hay que buscar créditos y, en general, hay que mantener el consumo activo. En pocas palabras: no sobrerreaccionar. Mi problema con el cambio de términos es el mismo que siempre he tenido con las personas que creen que por cambiar el nombre del problema el problema desaparece.

Si hay que hablar de recuperación, pero negar la existencia de la crisis es sencillamente estúpido. Está bien que el gerente de la empresa diga a sus empleados que van a salir adelante. Está muy mal decirles que están de maravilla. Hay que hablar de crisis porque hay que preguntarnos por qué estamos en la crisis, sonreír no va a hacer que pase e ignorarla no va a eliminar los efectos negativos que ha tenido.

Segundo: "No todo lo que piensas te llega, sólo lo que te mereces por una ley de correspondencia". ¡¡¡Por supuesto!!! Si los niños con cáncer se lo merecían... esos tontos negativos ¿Podrá dormir el autor sabiendo las implicaciones de esa frase? Tal vez si, finalmente, qué importa que un niño muera de hambre ¡Se lo merecía por la ley de correspondencia! Menos mal que no tiene hijos, no me lo imagino enseñándoles moral "hijo, si, ese señor mató 5 mil personas, pero toda la plata que tiene se la merecía por la ley de la correspondencia".

En el fondo creo que esa forma de pensar es atribuíble al pensamiento mágico que nos lleva a pensar que el universo es un lugar justo, por lo tanto los buenos son recompensados y los malos castigados. Malas noticias damas y caballeros, el universo es un sitio frío y desalmado. Pero con la capacidad que tienen algunos de interpretar las cosas a su modo, morir como Pinochet (con toda su plata y completamente libre) es castigo suficiente... dado eso creo que nadie sale bien librado.

Tercero: el estilo lastimero y salamero de escribir. Ya sé que a veces esto parece un punto focal de regaños a la religión, pero esta es una de las cosas que me hace pensar que la religión no trae nada bueno. A saber, ser siempre la víctima o glorificar la miseria. Repasen los dos primeros párrafos y mientras lo leen imaginen que lo dice una novia traicionada, una esposa olvidada o la típica voz que le ponen a la virgen María y entenderán lo que quiero decir. La solución para sentirse miserable no es buscar alternativas, es resignarse. ¿Para qué ser ambicioso? El columnista nos recuerda cual es nuestro lugar y, definitivamente, no es el suyo. Hay que dar las gracias por una miseria en lugar de rechazarla y buscar algo mejor.

Además de ser una glorificación a la miseria todo lo que escribe parece sacado de ningún sitio. Si, también sé que nada de lo que escribo tiene algún tipo de fuente o de estudio exhaustivo. Me hace recordar una frase que dice Lisa Simpson sobre la autoayuda "respuestas obvias a problemas complejos".

Vivimos en un mundo inmediato y lo disfruto como ninguno. Pero si vamos a dejar que un pusilánime nos venga a inventar la receta para salir de la crisis sin ningún tipo de reflexión, lo que estamos es jodidos...

...pregunta final ¿cuántos gerentes habrán leído eso y pensado para sí mismos "esto lo tengo que aplicar en mi empresa"? Si de verdad existiera un Dios, no muchos.

jueves, 9 de julio de 2009

Thriller… la historia verdadera de un muerto vivo

Hace unas semanas llegué de la oficina a mi casa y mi hermano me recibió con la noticia de que Michel Jackson había muerto. Un poco sorprendido, pero con el más mínimo de los recogimientos, prendí las noticias para saber que pasaba. Aún no había muerto, pero ya se comenzaban a aglutinar los medios y uno que otro fanático que “lloraba” la suerte de su ídolo. Finalmente, unas horas después se anunció su deceso el 25 de Junio de 2009, por una falla cardiaca (una redundancia, si se ponen a pensar que uno está técnicamente muerto cuando el corazón se detiene definitivamente).


En todo caso, yo veía a Michael Jackson muerto hace mucho tiempo. Su trágica infancia no opacó su voz hace veinte años, cuando se confirmó como una de estrella solista. Pero eso definitivamente llevó a que su propia aceptación muriera, comenzando por su propia piel, su género y hasta su edad. No recuerdo muy bien que fue primero, si los escándalos como pederasta, disfrazada en la maquiavélica construcción del rancho “Neverland”, o la de su “problema de vitíligo” por la cual “tuvo” que ir palideciendo de manera asistida. A ello, y a mil cirugías, que lo fueron acercando más a la apariencia de un zombi que de una persona. A este muerto-vivo, que inspiraría más miedo no por que este comiera niños sino que se los “come”, le siguió la vergonzosa farsa de su familia. Aunque no soy biólogo, médico ni experto en tratamientos en vitíligo, me resulta difícil pensar que la efectividad de los tratamientos y cirugías hayan cambiado la carga genética de Jackson, para que su prole fuera tan o más caucásica que su esposa. El vertiginoso descenso a la perdición no paraba hay, puesto que son famosos los momentos en que puso en riesgo la vida de su “hija biológica” al mostrarla a los medios desde el balcón de un hotel. El famoso video en que casi la deja caer es parte de los lugares comunes alrededor de su fama. Esta primera década del siglo XXI, Michael Jackson la recibió como una estrella quemada de los ochentena, quebrada (por los millonarios y numerosos arreglos económicos con los niños que lo acusaron de acoso), como una personificación de un engendro, como un chiste, como el recuerdo de una leyenda. Michael Jackson estaba en casi todos los efectos muerto: en su fama, en sus finanzas y, casi, en su persona.


Me imagino que motivado por las exitosísimas giras de Madona (otra “noble” de la prestigiosa familia del Pop), se emprendió a la tarea de montar 50 conciertos en todo el mundo. Entre otras cosas, el dinero le serviría para cubrir deudas y no perder su rancho de los sueños, del sueño de seguir siendo un niño de 10 años (tal y como lo diagnosticó un psiquiatra, para salir de sus problemas de acoso infantil). La venta fue todo un éxito, y registraba un lleno total en toda la gira. Este fue el primer ritual para que se levantara este zombi, esta fue su primera luna llena. Preparándose, se dedicó a entrenar y preparar las coreografías y gritos que su público ansiaba. Según los medios, esto fue lo que “irónica y trágicamente” causó su muerte. Era lógico que su radical cambio de color de piel, todos los químicos que usó, las incontables cirugías y su “comprensible” desorden psiquiátrico no tuvieran nada que ver en su “prematura” muerte. Aquí es cuando el zombi, acompañados con todo su séquito de muertos vivos, se levantó en realidad. Aquí fue cuando Michael Jackson fue equiparado con Sinatra o los Beatles. Aquí fue cuando miles de personas lloraron su pérdida. Así fue que se montó todo un ritual de famosos que cantaban “nosotros somos los niños”, como palabras de sus colegas se quebraban ante su inconmensurable bondad y buenas intenciones.


Debo decir que me causa entre ironía y repulsión ver como se levanta la imagen de estapersona” (Jackson), cómo es llorado por tantas personas de piel negra, los cuales no se sintieron insultados por la mayor muestra de racismo que conozca; por tantos niños o jóvenes adultos, que en su momento le debieron haber temido por sus apetitos infantiles. Debo decir que resulta realmente irónico, que este muerto, que llevaba muerto en vida muchísimos años, ahora se levante como el ídolo de miles de personas que “fueron inspiradas” por su ejemplo. Michael Jackson, la personificación de muchos desordenes sociales y mentales, el mal ejemplo de referencia en muchísimos casos, ahora es un rey, una pérdida, una persona que ante el congreso de Estados Unidos es “muy, muy, muy, muy importante”. Sé que dicen que “no hay novia fea, ni muerto malo” pero esto, por favor, es ridículo.


Ahora, tendremos para rato noticias de este zombi, que anda más vivo que nunca, luego de su muerte… esperemos que de verdad. Si les soy sincero, no descarto que se levante de su ataúd a seguir persiguiendo niños. Tal vez, eso es lo único bueno de que su féretro sea en oro sólido.

El cine, el cinema y la comodidad de su casa

Ésta es la primera, y espero, no la última participación en este prestigioso blog que no sé como se llama. Antes de entrar en materia, vale la pena presentarse. Mi nombre es Camilo Rizo, conozco a Edgard desde hace muchos años (los suficientes como para que no tenga que recordarme que su nombre termina con “d”, aunque siempre le digo Epa). Recordando, nuestro primer tema de conversación fueron los juegos de rol (primera confesión vergonzosa) pero nos hemos hecho amigos a través de nuestra carrera, economía, y en general de la vida. Para algunos amigos estoy en “el lado oscuro” de la economía, las finanzas, campo que permanentemente reclamo como propio de la ciencia económica, y no de otras tantas técnicas derivadas. Por ello soy el “bicho raro” en ambos campos, el economista entre los “financieros” y el “financiero” entre los economistas.


Bueno, suficiente presentación. El tema de este blog, es no tener tema, siendo lo suficientemente amplio, y debo añadir, divertidísimamente elocuente como para confesar diferentes neurosis, traumas psicológicos o pequeñas obseciones. Esta que voy a aclarar la inspiró Mariana, y por ende se la dedico con mucho cariño.


Siempre he sido un obsesivo del lenguaje, y me comprometo a dedicar una entrada completa a uno de mis más privados apodos, “Don riguroso”. Ese rigor me ha llevado a pensar que existe una gran diferencia entre el concepto de "cine" y "el cinema". Tal vez durante buena parte del siglo XX “el cine” y “el cinema” no sólo eran sinónimos , eran un sólo concepto. Pero, en la medida en la que se fueron abaratando los instrumentos de reproducción, se creó una gran diferencia. El Betha o el VHS revolucionaron la forma de ver películas, con características tan sencillas como poner pausa, o el permitir verlo en “la comodidad de su casa”. Sin embargo, elementos como el sonido o el tamaño de las imágenes seguían haciendo “que el cine” fuese mejor aprovechado si se iba “al cinema”. Este problema se ha solucionado con el tiempo, en tanto que ahora ya hay instrumentos que reproducen imágenes “más reales que la realidad” (véase Futurama por ejemplo), con sonidos envolventes, en tamaños apabullantes y, sobre todo, en la comodidad de su casa. Ahora, permítanme exponerles mi definición de cada uno de los conceptos que he expuesto: El cine: actividad artística/comercial, dedicada a desarrollar historias bajo el esquema de combinar audio y video. El cinema: conglomeración pública de carácter comercial para la proyección de piezas de cine. La comodidad de su casa: La comodidad de su casa. ¿Ven las diferencias?, trataré de ponerlas más claras.


El carácter público de un cinema da para todo tipo de incomodidades, que en la opinión de este humilde servidor, todavía no se han salvado. Por ejemplo, debe dársele todo el crédito del mundo a la capacidad de reservar las boletas con antelación, y de las tarjetas prepago que tienen descuentos. Eso, de todas formas no nos quita el suplicio de llegar a buscar un parqueadero, correr para “no perder la reserva” o de aguantar el tiempo muerto que queda entre comprar las boletas y que comience la película. Como soy un obsesivo de la planeación (si no ha sido claro hasta ahora) tengo una preferencia inflexible respecto al tipo de silla que compro: Únicamente última fila y hacia un pasillo. ¿Por qué? Básicamente porque, confieso, he tenido ganas asfixiar al idiota de turno que golpea el espaldar mi silla. Además solo me interesa estar cerca a la persona que me acompaña al cine, no de nadie más. En todo caso, ya entrado en gastos, hay que disfrutar la boleta. Por lo general, por cada 2 horas de función hay unos 15 minutos de avances (que irónicamente disfruto), pero, recientemente en Colombia, se han dado la proliferación de cortos de fábrica colombiana, que van de temas tan interesantes como que un niño en el chocó monte un caballo, o que un niño se levante temprano, un papá tenga mal de estómago o que un niño le regalen un pollito (sí, en eso gastan 15 minutos y Dios sabe cuanta plata en subsidios).


Si, con suerte, logro relajarme antes de que comience la película, disfruto a medias el tema del sonido (como les dije, por lo general estoy a un lado y allí no se siente el "efecto envolvente") y ocasionalmente la imagen es de menor calidad que uno de los dispositivos “en la comodidad de mi casa”. Sin que esto sea suficiente, y tomando en cuenta que no me considero una persona de corta estatura, no falta la cabeza enfrente que, por alguna convención social, no puede ser arrancada.


Como podrán ver, el cine, el cinema y la comodidad de su casa son conceptos claramente diferenciables, algunos, perfectamente excluyentes. Por ejemplo, son antónimos los conceptos “el cinema” y “la comodidad de su casa”, no sólo por ser lugares diferentes (casa y cinema), sino especialmente por la parte en que tratan el tema de la comodidad.


Debo concluir que si en algún momento quisiera tener una excentricidad, sería la de comprar las dos sillas del centro de un cinema, y las once que están a su alrededor (delante, atrás y a los lados), o mejor todavía, todas las boletas del cinema. Esto, no es eficiente, puesto que resulta mucho mejor, más barato, “hacer su propio cine”, en (ya saben) la comodidad de su casa. Es mejor comprar el equipo para tener imágenes y sonido de primera de forma permanete, que pagar por el "arriendo" de una silla incómoda en un cinema.


En lo personal, prefiero las conglomeraciones que tienen algún sentido. Por ejemplo, para ver presentaciones en vivo (teatro, deportes o conciertos) o para exposiciones que tienen sentido sean públicas (como los museos, las galerías, las librerías o los parques).

miércoles, 8 de julio de 2009

Cuentas rápidas y, tal vez, políticamente incorrectas

Otra entrada rápida. En este caso un poco de aritmética:

El Espectador hizo un informe sobre la violencia en Cartagena en el cual salen las siguientes cifras:
Elkin es un pandillero de uno de los sectores más pobres de Cartagena.

  • En su casa viven su mamá, su esposa, sus dos hijas, algunos hermanos y algunas cuñadas. Lo cual quiere decir que, como mínimo, comparte con otras 8 personas. Lo más probable es que sean 10 ó 12.
  • Está desempleado, su mamá vende lotería, sus hermanos trabajan "en lo que salga". El ingreso de este hogar no es precisamente alto. Supongamos, siendo generosos, que es de $200 mil mensuales.
  • Un plato de sopa vale $200 . Según Elkin, es muchas veces la única comida que tiene en el día

Hasta este punto es una situación por la cual (si tuviera alma) me conmovería. Después viene la indignación.

Peleamos con peñones (piedras), machetes y changones que hacemos nosotros
mismos o que compramos. Nos cuestan $50 mil o $70 mil. Es que con armas lo
respetan más a uno

Del texto no es claro pero no creo que sea enloquecido pensar que cada miembro de la pandilla tiene, por lo menos, un arma. Si hasta ahora el lector no se ha dado cuenta aquí están las cuentas:

$50 mil por un arma/$200 por una sopa=250 sopas
250 sopas/10 miembros de la familia=25 sopas por cada uno
25 sopas por cada uno/3 comidas al día=una semana de comida para cada uno de los habitantes de su hogar.

Ahora, no falta el hippie que diga: "pero esa pobre gente no puede vivir solo con sopa". En eso estamos muy de acuerdo. Sin embargo, creo que es más razonable gastar la plata en sopa que en machetes. A decir verdad ahora el hippie soy yo al decir lo siguiente: todos ellos vivirían mejor si dejaran de comprar machetes y mejor compraran sopa. Mejor todavía, si dejaran de comprar machetes Y DE MATARSE para ayudarse.

El artículo está lleno de otras cifras, como el número de turistas o las obras que se van a hacer en Cartagena. Se nota que el cronista quiere hacer un contraste entre la riqueza y frivolidad de los ricos con la vida miserable de los pobres. Que, a mi juicio, también debe ser mostrada. Es una lástima, sin embargo, que deje pasar la oportunidad de hacer unas cuentas sencillas... tal vez es más fácil pensar que el remedio contra la pobreza depende únicamente de que los ricos dejen sus lujos y lo entreguen a los pobres, pero es muy difícil pensar que aún si eso pasara, Elkin y sus "vales" preferirían comprar más armas.

Vale más el respeto propio que el hambre de los hijos.

martes, 7 de julio de 2009

Mi blog ha perdido un lector...

...porque a partir de ahora es un escritor de mi blog (que sigue siendo MIO, propio, my own).

Se llama Camilo Rizo y es un colega mío en esa maravillosa profesión que es la economía: la ciencia de ser neurótico y tener razones para serlo. Pero, más importante, es mi amigo hace unos 6 ó 7 años, no recuerdo muy bien. Solamente sé que el semestre que lo conocí casi me lo tiro.

De él puedo decir muchas cosas, pero que se puedan publicar no tantas. Su mayor afición es hacer macros en Excel para toda empresa en la que se embarca (sin duda alguna lo hizo para decidir cual sería su primera entrada). Le encantan las finanzas y amasar grandes cantidades de dinero para lo cual es muy bueno. Es un ávido lector (de cosas con contenido, no solo de mi blog) y supongo que por eso es un buen escritor (el único que tiene derecho de escribir mal en mi blog soy yo... eso es una advertencia Camilo). Nos gusta Quino, nos gusta jugar Xbox, nos gusta jugar Uno y, en general, nos gusta perder el tiempo, para lo cual nada mejor que escribir en una página que leen cuatro personas.

Por ahora muchas presentaciones, la siguiente entrada tendrá su firma y espero que los otros tres lectores de mi blog lo reciban como solo ellos saben hacerlo: sin ningún rastro de su paso por esta página... Camilo, escribir aquí es como hablarle al viento, pero que bueno que se pasa.

Bienvenido.

Muéstrame y yo creeré

Unos pensamientos rápidos, pero no por eso menos interesantes (y no necesariamente originalmente míos):

  • La escencia del escepticismo es ver para creer. La escencia de la religión es "dichosos los que creen sin ver". Lo primero es la razón, lo segundo es la fe... creo que por eso me cuesta trabajo conciliar la idea de que una persona inteligente sea, al mismo tiempo, fervorosamente religiosa. Es como sufrir de doble personalidad.
  • Los defensores de la acupuntura (y otras charlatanerías) dicen que es útil dado que es antigua. Esto me hace formular dos preguntas ¿Dormiría usted en una cueva? Finalmente no hay vivienda más antigua que esa. La segunda ¿Por qué debreía usar un remedio que pertenece al período de la humanidad cuando la esperanza de vida eran 30 años?
  • Finalmente, una cucaracha se comió un chito y tuvo... cucarachitos!!! Me demoré 25 años en entender que es un chiste de doble sentido

Gracias por perder 5 minutos aquí, próximamente escribiré algo más divertido.

lunes, 6 de julio de 2009

Pequeñas bestias del infierno

El domingo estuve en cine viendo la Era del Hielo 3. La vi en dos dimensiones porque me da pereza usar gafas sobre gafas (soy medio miope, medio astigmático y totalmente ciego) y porque hasta ahora solamente una película en 3D me ha parecido que vale la pena. Mientras me terminan de convencer, mejor me ahorro los 5 mil pesos que valen las gafas y dejo en standby mi colección de gafas igualiticas.

La película, me gustó. No es excelente y sin lugar a dudas en una semana habré olvidado que la vi, pero fueron unas buenas risas con una excelente compañía. Pero esta no es una reseña de cine (para eso les recomiendo a Roger Ebert, quien tiene una mejor idea de crítica de cine) sino una petición pública a la humanidad: si no pueden controlar a sus hijos, si saben que no pueden estar quietos por más de 10 minutos seguidos, si nunca se acuestan después de las 8 de la noche o si son unos padres tan pusilánimes que no pueden hacerse respetar, por favor, se los suplico, no lleven sus hijos al cine. Más bien les alquilan una película en la comodidad de su casa donde no nos amargan la vida a todos.

Si, sé que fuí a una película para niños y que es obvio que el cine estuviera repleto de ellos. Yo también fuí en alguna ocasión el niño que era llevado al cine. Admito que la mayor parte de las veces me da risa escuchar sus risillas fingidas cuando hay una escena evidenetemente pensada para adultos y que, en general, puedo contener las ganas de ahogarlos a todos en una piscina... al menos hasta anoche.

Detrás mío (justamente detrás) quedó Mariana, sé el nombre de esa pequeña bestia del infierno dado que sus padres repetían cansados "Mariana, deja de llorar", "Mariana, deja de patear la silla (MI silla)", "Mariana, si sigues gritando nos vamos", "Mariana, no le riegues Coca-Cola al señor de adelante (yo)" y demás... en total recibí muestras de: Coca-Cola, crispetas, papas fritas, saliva, algo que (espero) fuera yogurt y las manos de Mariana agarradas de mi cabeza. Solo porque a su papá no se le ocurrió preguntarse "Es la función de las 8 de la noche, ¿será que mi hija de 6 años está preparada para algo así?"

Sé que algún día voy a ser padre, sé que algún día tendré que ser responsable por un par de pequeñas bestias del infierno (a quienes dedico con todo cariño esta entrada, niños, no se hagan odiar). Pero, mientras llega ese día, espero que los que ya son padres tengan el detalle de educar a sus hijos en lugar de dejarse dominar por ellos.

Ya decidí que la próxima vez voy a ir a cine de 11 de la noche en inglés. Al menos mientras Cine Colombia crea las funciones libres de niños (o kids-free dado que nos sentimos tan cosmopolitas hablando en inglés). Yo sé que los 5 mil pesos de más que no gasto en añadir una dimensión extra a mi película los gastaría gustosamente en una función libre de Marianas... pueden llamarme desnaturalizado y mala persona, pero no me importa. Desnaturalizada la persona que, harta de no poder controlar a su hijo, hace que el resto de la sociedad los padezca...

...como comentario a parte, esos son los niños que crecen para dejar el celular a todo volumen en el cine, contestarlo a viva voz y ponerse bravos cuando alguien les pide que hagan silencio.

jueves, 2 de julio de 2009

Calaveras y diablitos (segunda parte de RPG)

Hace unos días dejé una entrada prometiendo que habría una segunda parte. Ya dije como llegué a los juegos y como fue mientras estuve en el colegio. Ahora, en lugar de seguir con la universidad y la vida de "adulto" (que sería más de lo mismo) haré un pequeño resumen sobre los juegos que he jugado o he leído. Es un resumen más o menos cronológico dado que el hecho de jugar un nuevo juego (tan redundante como suena) no implica dejar el que jugaba antes. De la misma forma en la que comenzar a jugar basket no implica dejar de lado el fútbol.

En esta ocasión hablaré de Calabozos y Dragones (lo de Calaveras y Diablitos es un chiste muy privado), Dungeons & Dragons o D&D para abreviar. Para los que se quieren poner técnicos sería AD&D, la "A" de "Advanced". Este es el juego que a todo el mundo se le viene a la mente cuando le hablan de rol. No me extraña, hasta donde tengo entendido fue el primero, además, está fuertemente influenciado por Tolkien y otros textos fantásticos. De ahí a que, al tiempo que se viene a la mente D&D se viene a la mente alguno de los estereotipos de jugador de rol: el niño de 12 años que se disfraza de elfo o el tipo de 35 que vive con sus papás y tiene el cuarto lleno de afiches de Star Wars (i.e. el vendedor de historietas en los Simpsons).

Este es el juego que todo el mundo cree tener en la cabeza pero en realidad nadie conoce del todo. La verdad, pese a que invertí una parte considerable de mi tiempo leyendo y jugando, no creo haberlo conocido completamente. Sus reglas son muy complejas, llenas de datos y estadísticas y, en general, el énfasis del juego es el combate y la exploración, no los personajes. Tiene todo un sistema para determinar cuando va a salir un nuevo enemigo y para crear los calabozos que se van a explorar. De ahí la primera parte de su nombre, la mayor parte del juego se pasa en algún "calabozo". Bien sean cuevas, castillos, pueblos, bosques o algún otro escenario delirante imaginado por el narrador (o Dungeon Master...).

Lo que más odiaba de este juego era, extrañanamente, sus jugadores. Si yo soy un geek algunos de ellos lo son mil veces más. En muchos casos pasábamos más tiempo discutiendo las reglas que en efecto jugando, después de alguna sesión particularmente extenuante me sentía capaz de defender en una corte al mismo Hittler y hacerlo salir inocente.

Además, porque para jugar había que leer millones de libros. Estaba el manual del jugador, el manual del DM, el manual de monstruos, los compendios de monstruos, el manual del guerrero, ladrón, clérigo, mago, druida, bárbaro y mil otros más, los libros de armamento, los suplementos de campañas (Drangonlance, Forgotten Realms, Dark Sun, Planescape entre muchos otros), los libros de hechizos, los libros para aventuras de alto nivel... en fin. en mi vida tuve unos 10 libros y, siempre, entre mis jugadores había alguien con el libro que justamente contenía la excepción a lo que yo quería hacer. En resumen, la labor del narrador era la de ser un computador que procesa números y compra libros. Aburrido.

Claro que no todo es tan malo como lo puedo hacer parecer. Tuve la fortuna de dar con gente que muchas veces prefería dejar de lado las reglas con tal de construir una buena historia. Fue así como estuve en aventuras donde un grupo de 5 jugadores destruyó un nido de dragones, o como acompañé a otro grupo de ser huérfanos a héroes. Hoy en día son historias que recuerdo y que quienes las jugaron recuerdan también. Por arrogante que suene, no hay nada como construir una escena tan bien que sea recordada 5 o 6 años después de narrada.

Eventualmente me aburrí de los mundos de fantasía. Aunque siempre he sido fanático de las diferentes mitologías, los mundos de elfos, duendes y hadas no han sido lo mío. Nunca me he leído el Señor de los Anillos y dudo que lo llegue a hacer algún día. Narnia me aburre de sobremanera. Harry Poter me parece tonto (con el perdón de alguien). Ninguno de esos mundos me ha logrado atrapar definitivamente, tal vez algún día, pero aún no ha llegado ese día. La estocada final a D&D la dio otro juego de rol, más moderno, con una cosmología que me absorbió por completo, una visión mucho más macabra de las cosas y sobre el cual de verdad pude plasmar las historias que quería...

¿Cual es ese juego? En la tercera parte... esta entrada ya está muy larga.