viernes, 10 de julio de 2009

Un poco de ira bien enfocada

Comenzaré con una pregunta bastante directa ¿de verdad le pagan a Gonzalo Gallo Gonzáles para que escriba este tipo de estupideces en un periódico de circulación nacional dedicado a las finanzas? Si ese es el estándar de escritura de una vez voy diciendo que quiero escribir en Portafolio o en El Tiempo, si ya no tienen criterio para seleccionar artículos de pronto les interesa publicar las diatribas persistentes de una persona como yo.

Es que, de verdad, ni si quiera sé qué es lo que me irrita más ¿su primer párrafo en primera persona lastimero y lleno de autocomplacencia? ¿su afán de que seamos miembros del club que no habla de crisis sino de recuperación? ¿su listado de los "poderes"? ¿sus referencias incesantes a la ley de la atracción? ¿su tonito new age/católico/autoayuda?

Me quisiera detener en muchas cosas y destruirlo de la forma en la que se merece pero no tengo ni el tiempo para hacerlo ni ustedes la paciencia para leerme. Por esta razón solo comentaré tres cosas (los poderes me pareció algo tan ridículo que lo tengo que hacer por separado):

Primero: aquello de "hablar más de recuperación que de crisis". Una de las primeras cosas que enseñan a los economistas sobre las crisis es que tienen un componente sicológico muy importante. De hecho, uno de los conceptos más interesantes en la macroeconomía es el de "profecia autorrealizadora" que consiste en que, a muy grandes rasgos, si la gente cree que va a haber recesión en el futuro se portan en el presente como si tal recesión existiera lo cual, adivinaron, causa la recesión.

De la misma forma, en temporada de recesión hay que ser optimista (sin ser descuidado) con el fin de mantener a la economía marchando. Ser optimista quiere decir que hay que consumir, hay que buscar créditos y, en general, hay que mantener el consumo activo. En pocas palabras: no sobrerreaccionar. Mi problema con el cambio de términos es el mismo que siempre he tenido con las personas que creen que por cambiar el nombre del problema el problema desaparece.

Si hay que hablar de recuperación, pero negar la existencia de la crisis es sencillamente estúpido. Está bien que el gerente de la empresa diga a sus empleados que van a salir adelante. Está muy mal decirles que están de maravilla. Hay que hablar de crisis porque hay que preguntarnos por qué estamos en la crisis, sonreír no va a hacer que pase e ignorarla no va a eliminar los efectos negativos que ha tenido.

Segundo: "No todo lo que piensas te llega, sólo lo que te mereces por una ley de correspondencia". ¡¡¡Por supuesto!!! Si los niños con cáncer se lo merecían... esos tontos negativos ¿Podrá dormir el autor sabiendo las implicaciones de esa frase? Tal vez si, finalmente, qué importa que un niño muera de hambre ¡Se lo merecía por la ley de correspondencia! Menos mal que no tiene hijos, no me lo imagino enseñándoles moral "hijo, si, ese señor mató 5 mil personas, pero toda la plata que tiene se la merecía por la ley de la correspondencia".

En el fondo creo que esa forma de pensar es atribuíble al pensamiento mágico que nos lleva a pensar que el universo es un lugar justo, por lo tanto los buenos son recompensados y los malos castigados. Malas noticias damas y caballeros, el universo es un sitio frío y desalmado. Pero con la capacidad que tienen algunos de interpretar las cosas a su modo, morir como Pinochet (con toda su plata y completamente libre) es castigo suficiente... dado eso creo que nadie sale bien librado.

Tercero: el estilo lastimero y salamero de escribir. Ya sé que a veces esto parece un punto focal de regaños a la religión, pero esta es una de las cosas que me hace pensar que la religión no trae nada bueno. A saber, ser siempre la víctima o glorificar la miseria. Repasen los dos primeros párrafos y mientras lo leen imaginen que lo dice una novia traicionada, una esposa olvidada o la típica voz que le ponen a la virgen María y entenderán lo que quiero decir. La solución para sentirse miserable no es buscar alternativas, es resignarse. ¿Para qué ser ambicioso? El columnista nos recuerda cual es nuestro lugar y, definitivamente, no es el suyo. Hay que dar las gracias por una miseria en lugar de rechazarla y buscar algo mejor.

Además de ser una glorificación a la miseria todo lo que escribe parece sacado de ningún sitio. Si, también sé que nada de lo que escribo tiene algún tipo de fuente o de estudio exhaustivo. Me hace recordar una frase que dice Lisa Simpson sobre la autoayuda "respuestas obvias a problemas complejos".

Vivimos en un mundo inmediato y lo disfruto como ninguno. Pero si vamos a dejar que un pusilánime nos venga a inventar la receta para salir de la crisis sin ningún tipo de reflexión, lo que estamos es jodidos...

...pregunta final ¿cuántos gerentes habrán leído eso y pensado para sí mismos "esto lo tengo que aplicar en mi empresa"? Si de verdad existiera un Dios, no muchos.

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