martes, 24 de noviembre de 2009

El camino al infierno...

Hay un dicho que todos conocemos: el camino al infierno está hecho de buenas intenciones. Hay otro que pocos conocen: toda buena acción tendrá su castigo. Y, supongo, debe haber mil más que no tenemos ni idea que existen. La moraleja que se quiere dejar impresa en la mente de quienes lo escuchan es que, a veces, por querer hacer algo bueno terminamos haciendo algo muy malo. Como cuando uno se ofrece a llevar un pocillo con tinto y termina dejando el tinto a lo largo de un metro del tapete nuevo o de las paredes recién pintadas. Había una buena intención, pero por más buena que fuera la intención eso no quita el desastre cometido.

Para seguir con las frases recuerdo una de San Agustín (amor y ciencia): no basta hacer las cosas, hay que hacerlas bien. Eso quiere decir, queridos lectores, que la carita feliz por el esfuerzo está bien para el jardín infantil pero, honestamente, a ningún cirujano de rodilla que opera un corazón le dicen "se murió el paciente, pero al menos lo intentaste". Lo que le dicen es "mañana lo espera el comité de ética". En pocas palabras, solo el esfuerzo y solo las buenas intenciones no valen.

Hablo de todo esto porque esa es la forma en la que se suelen tomar las decisiones políticas (en todas las ramas del poder público, aquí no se le da un pase gratis a nadie). Un tipo que no tiene ni idea de lo que hace se pone a tomar decisiones sobre cosas bastante complejas porque cree que es lo correcto. Ya lo había tocado anteriormente con la famosa indexación de los precios: es muy noble querer que los más pobres ganen siempre más, pero hacerlo ignorando la realidad es algo bien difícil. Tan difícil como operar un corazón si lo que se sabe es arreglar rodillas.

Ya he dejado claro muchas veces que creo que el mundo sería un lugar mejor si más gente usara su cerebro para decidir en lugar de su corazón. No me malinterpreten, no estoy diciendo que conseguir novia se debe convertir en una operación de analizar variables para hallar el máximo de compatibilidad. Simplemente creo que si más gente supiera como funciona el mundo (natural y social) tendríamos un sitio mejor en nuestras manos.

Todo esto va a uno de los eternos problemas en Colombia: la financiación de vivienda. Ya hablé antes de los bancos y de su función en la economía, pero es un tema que, por alguna razón, considero que no se habla del todo. En todos los periódicos escriben economistas muy buenos pero, en lo que llevo de leer periódicos, ninguno ha dicho lo obvio: si se presta plata a 15 años es lógico que al final del día se "pague" varias veces el valor prestado originalmente. Recordemos todos cuanto costaba una cerveza hace 20 años y cuánto cuesta hoy, por lo menos dos o tres veces más. Entonces ¿Por qué una casa que hace 20 años costaba $50 millones no puede costar hoy $150? ¿Por qué es tan fácil aceptar que la leche sube de precio a lo largo de 20 años pero es tan difícil aceptar lo mismo con una casa?

Todo se vuelve entonces una teoría de conspiración. Tenemos idiotas (si, idiotas) como el autor de esta columna para quien el problema son unos pobres ciudadanos a merced de las garras afiladas de unos bancos con "ejércitos legales". Bancos quien, debe pensar uno, solo prestan plata para después quedarse con la casa y los pagos. Negocio redondo que tiene un problema: no es negocio quedarse con una casa, es plata quieta que además es difícil de mover. Si tenemos en cuenta que el negocio de los bancos es mover plata vemos que el último interesado en que la gente deje de pagar es el banco. Por eso es que nos hacen un estudio, para estar seguros de que les vamos a pagar eventualmente.

Dado que a muchos les preocupa tanto y se rasgan sus vestiduras cada vez que alguien paga "¡¡¡dos veces y media!!!" una casa tengo dos reflexiones: la primera ¿Por qué siempre nos enfocamos en los que son embargados? ¿Cuántas personas tienen casa gracias a los "malvados" bancos? Es una cifra que nadie dice ya que no es tan interesante decir que, si, hay gente que pierde su casa, pero no creo que llegue a ser el 10% (ni siquiera creo que el 5%). La segunda: si tanto les duele el bolsillo de la gente les propongo que me presten hoy $10 millones y les pago los mismos $10 millones en 15 años ¿O van a ser tan desalmados como los bancos de cobrarme dos veces y media lo que me prestaron?

1 comentario:

  1. Exelente reflecion economica; por ese camino seguramente podremos entender en que se basa el ejercicio financiero, teniendo claaro que universalmente es aceptado, y lo que es màs, usado.

    JAIRO POLANCO

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