Hoy no es precisamente un día sin temas para bloggear. David Murcia (hombre controvertido acusado de todos los males recientes de Colombia) está dando sus declaraciones en el Congreso de la República. Los hijos del Presidente siguen dando explicaciones. Los homosexuales no pueden adoptar hijos y el dolar sigue cambiando de precio. Todos temas jugosos para escribir una diatriba o dos y declarar mi blog cerrado por hoy.
Sin embargo, hoy tanto mi blog como yo nos sentimos intrascendentes. O tal vez más trascendentes de la cuenta y nos negamos a hablar de noticias. Para eso hay otros dos millones de blogs que lo hacen mucho mejor. El tema del día de hoy llega, curiosamente, gracias a una columna de El Espectador: los premios Ig Nobel.
No voy a ser redundante al explicar por enésima vez su historia. El lector interesado puede remitirse a El Espectador o a la página de Investigación Improbable y hacer su tarea. Yo me limitaré a discutir algunas cosas que me llaman la atención, cosas sueltas, no una disertación amplia sobre el asunto.
Varias cosas me llaman la atención de los premios. La primera es que los premios se pueden separar en dos grupos grandes: las investigaciones de verdad que son irrisorias (evitar morir para tener beneficios fiscales, por ejemplo) y los premios a las estupideces que cometen algunos iluminados (¿Alguien recuerda el código de la Biblia?). Personalmente, consideraría un honor ser llamado a recibir un premio de estos en la primera categoría. Hay investigaciones realmente interesantes que son realmente inútiles (¿Existe alguna aplicación práctica en saber que el pan siempre cae del lado de la mermelada?) y nunca está de más que alguien se tome la molestia de reconocer este tipo de trabajos.
Creo también que es importante premiar las estupideces. No solo por burlarnos de la desgracia de otros sino para no cometer sus errores. Si, es cruel que el mundo se burle de Juan Pablo Dávila y la forma en la que perdió 0,5% del PIB de Chile al confundir un botón ("vender" en lugar de "comprar"). Pero supongo que es una buena forma de ser consientes de que ningún procedimiento es tan pequeño como para no merecer nuestra total atención.
Finalmente, me encantan los premios que dan a los homeópatas, "respiradianos", cienciólogos y demás excentricidades que brotan de vez en cuando por ahí. En este caso, el premio es la máxima falta de respeto. Es decirle al que cree que las "goticas" homeopáticas funcionan que su medicina de cabecera es igual de relevante que una descripción de los envases que usan los pacientes para llevar sus muestras de orina al médico. Ahora, no es que esta afrenta me parezca cruel o despiadada. Me parece completamente justa y a lugar. Los creyentes no van a dejar de creer. Los estafadores no van dejar de estafar. Y los que pensamos que todo es una gran telaraña de mentiras nos reímos un rato.
Por lo anterior mi blog se siente feliz de existir. No será el próximo nobel de literatura, pero no le importa ya que lo sabe... por eso mi blog es tan divertido de escribir, así nadie lo haya de leer.
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jueves, 23 de abril de 2009
Mi blog se siente intrascendente
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martes, 21 de abril de 2009
Mi blog no quiere ser un hijo bobo
Un breve comentario sobre una noticia que salió en El Espectador.com. Aún cuando espero continuar mi formación académica en algún país desarrollado, estos países no dejan de asombrarme por su capacidad de autocomplacencia. Caso perfecto este grupo de manifestantes que pide a Obama frenar el plan Colombia y el TLC. Según ellos estas dos políticas tienen la culpa de todos los males que pasan en Colombia, desde el tráfico de drogas hasta los desplazados.
Algo de razón tienen, finalmente el presupuesto del plan Colombia se destina a financiar la guerra contra las guerrillas y contra los narcotraficantes. Desde este punto de vista si, el plan Colombia es culpable de los desplazados, tanto como los dinosaurios son culpables de la polución. No voy a negar la situación tan complicada de los, creo, 4 millones de desplazados por el conflicto interno. Es importante pensar políticas orientadas a devolverlos a sus hogares en el campo y para que vuelvan a llevar una vida digna. Sin embargo, este objetivo tan loable no se logra eliminando el plan Colombia. Me atrevo a decir que si EEUU nos quita su ayuda se agrava el asunto (si, por más que le duela a algunos hay que arrodillarse y dar las gracias)
¿La solución? ¡Manden más plata! Y condicionen la plata adicional a ser invertida en planes de integración social y económica. Es más, si quieren la pueden manejar ustedes ¡Bienvenidos! Si tanto les preocupa el asunto ¿por qué no mejor se dedican a hacer campañas para recolectar dinero e invertirlo en planes sociales? Sé de primera mano que ningún gobierno en el mundo les va a decir que no si ustedes tienen a la mano los recursos o la fórmula para solucionar tremendo problema... ¿O es que no los tienen y por eso se dedican a hacer protestas pendejas frente a la casa blanca?
Por el lado del TLC ¿Qué culpa tiene una política que ni siquiera se ha establecido? No tengo ni la más remota idea. Algo debe tener que ver el hecho de la fobia que algunos le tienen al comercio internacional libre. O puede ser que quieran amarrar la aprobación del TLC a que Colombia genere políticas para proteger a los desplazados. Cualquiera de las razones me parece, francamente, estúpida. La primera porque cerrarse al comercio es condenarse a la miseria. La segunda porque no me cabe en la cabeza que para un trato recíproco (EEUU también nos va a vender cosas, recuerden) nos tengan que poner condiciones, como hijos bobos...
Al sagaz lector le parecerá que hay una contradicción en lo que escribo, pero no. El plan Colombia es, literalmente, limosna que nos dan, así que si EEUU nos pide saltar en una pierna y tararear, toca hacerlo. Ellos no reciben nada a cambio. Con el TLC el asunto es diferente, puede que Colombia sea un minúsculo punto en la economía gringa, pero finalmente es un tratado en el que no se ruega nada y no es que nos den prevendas especiales.
Finalmente, lo que más me pudre de todo el asunto, es que, según se ve en la nota, ninguno de los manifestantes es ligeramente colombiano. Puede ser algo tonto, pero igual me enerva que un grupillo de intelectuales se ponga la causa de "salvarnos" de nuestra propia ignorancia, como a los hijos bobos. Muchas gracias, pero no... ya decidimos matarnos por ignorantes, no hay nada que puedan hacer.
Algo de razón tienen, finalmente el presupuesto del plan Colombia se destina a financiar la guerra contra las guerrillas y contra los narcotraficantes. Desde este punto de vista si, el plan Colombia es culpable de los desplazados, tanto como los dinosaurios son culpables de la polución. No voy a negar la situación tan complicada de los, creo, 4 millones de desplazados por el conflicto interno. Es importante pensar políticas orientadas a devolverlos a sus hogares en el campo y para que vuelvan a llevar una vida digna. Sin embargo, este objetivo tan loable no se logra eliminando el plan Colombia. Me atrevo a decir que si EEUU nos quita su ayuda se agrava el asunto (si, por más que le duela a algunos hay que arrodillarse y dar las gracias)
¿La solución? ¡Manden más plata! Y condicionen la plata adicional a ser invertida en planes de integración social y económica. Es más, si quieren la pueden manejar ustedes ¡Bienvenidos! Si tanto les preocupa el asunto ¿por qué no mejor se dedican a hacer campañas para recolectar dinero e invertirlo en planes sociales? Sé de primera mano que ningún gobierno en el mundo les va a decir que no si ustedes tienen a la mano los recursos o la fórmula para solucionar tremendo problema... ¿O es que no los tienen y por eso se dedican a hacer protestas pendejas frente a la casa blanca?
Por el lado del TLC ¿Qué culpa tiene una política que ni siquiera se ha establecido? No tengo ni la más remota idea. Algo debe tener que ver el hecho de la fobia que algunos le tienen al comercio internacional libre. O puede ser que quieran amarrar la aprobación del TLC a que Colombia genere políticas para proteger a los desplazados. Cualquiera de las razones me parece, francamente, estúpida. La primera porque cerrarse al comercio es condenarse a la miseria. La segunda porque no me cabe en la cabeza que para un trato recíproco (EEUU también nos va a vender cosas, recuerden) nos tengan que poner condiciones, como hijos bobos...
Al sagaz lector le parecerá que hay una contradicción en lo que escribo, pero no. El plan Colombia es, literalmente, limosna que nos dan, así que si EEUU nos pide saltar en una pierna y tararear, toca hacerlo. Ellos no reciben nada a cambio. Con el TLC el asunto es diferente, puede que Colombia sea un minúsculo punto en la economía gringa, pero finalmente es un tratado en el que no se ruega nada y no es que nos den prevendas especiales.
Finalmente, lo que más me pudre de todo el asunto, es que, según se ve en la nota, ninguno de los manifestantes es ligeramente colombiano. Puede ser algo tonto, pero igual me enerva que un grupillo de intelectuales se ponga la causa de "salvarnos" de nuestra propia ignorancia, como a los hijos bobos. Muchas gracias, pero no... ya decidimos matarnos por ignorantes, no hay nada que puedan hacer.
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