martes, 17 de noviembre de 2009

Anti-apología de la apologética (primera parte)

Aquí estoy de vuelta después de mucho tiempo sin escribir. Extrañamente volveré a escribir sobre el tema que escribía cuando no tenía nada de qué escribir: religión. Particularmente las razones para no creer en ninguna. No es que necesite andar por ahí deconvirtiendo a la gente, a diferencia de todas las religiones, ser ateo no es algo que se propaga. Aquí cabe la comparación de la religión con los virus: lo saludable no se transmite, se adquiere. Las religiones, en cambio, para sobrevivir necesitan esparcirse constantemente. Algunas más que otras y algunas de forma más activa que otras. Por ejemplo, los testigos de Jehová van puerta a puerta mientras que los católicos dejan "trampitas" para que alguien pregunte. Los musulmanes usan la violencia como mecanismo de propagación (o al menos de no eliminación) mientras que los judíos lo hacen a través de la sangre.

Decía pues que ser ateo no es algo que se transmita. Yo no puedo, ni mucho menos pretendo, que algún creyente termine de leer esto y diga "es un hecho, a partir de ahora debo dejar de creer en (alá, vishnu, osiris...)". Tampoco necesito que el ateísmo se propague para ser feliz, como ya mencioné antes, lo único que necesito es que todo lo demás me deje tranquilo. Lo anterior no me exime de opinar, preferiblemente con razones, sobre el estado de los creyentes ¿Por qué me voy a meter a esto? Porque me parecen interesantes las maniobras que hace la mente para aferrarse a una creencia sin importar lo tonta ¿O es que me van a venir a decir que ninguno de ustedes cruza los dedos, ha tomado goticas homeopáticas o a creído la historia de su amigo que vio extraterrestres en algún lago? Yo si, soy culpable de las tres o al menos lo fuí.

Toda esta diatriba comienza con un rumor que llegó a mis oídos sobre una comunicación del papa en la que decía que cremar está bien pero que eso de esparcir las cenizas es cosa de paganos. Es una entrada que se escribe sola: buscar en wikipedia "festividades católicas" y ver como todas son "adoptadas" de rituales paganos más antiguos. Como me gusta dármelas de imparcial busqué en la página del vaticano y en un par de agencias de noticias católicas, para que luego no digan que uno es un títere del discurso de poder de los medios de comunicación empeñados en derrocar al papa y reemplazar el catolicismo por el culto al logo de Caracol televisión. Mi búsqueda no arrojó resultados interesantes. En ningún lado se hablaba de lo pagano así que fuí perdiéndo el interés hasta que me topé con la inevitable página sobre apologética.

La Real Academia Española tiene tres acepciones para el término de las cuales me quedaré con la tercera: "ciencia que expone las pruebas y fundamentos de la verdad de la religión católica". A primera vista la definición tiene dos errores graves: en primer lugar no es una ciencia en el sentido estricto de la palabra: conocimientos adquiridos mediante la observación (también de la RAE). Podríamos estirar un poco las cosas y decir que es una ciencia si se toma como "conjunto de conocimientos en cualquier cosa" pero, seamos sinceros, si tomamos esa definición podríamos decir que el estudio de los unicornios rosados es una ciencia. De hecho, cualquier cosa es una ciencia o es ciencia.

El segundo error grave es circunscribir la apologética al catolicismo. De hecho, yo ni siquiera lo circunscribiría al cristianismo en general. Todas las religiones, al menos hoy en día, necesitan de apologética. Decir que es exclusiva de catolicismo es como decir que las demas no necesitan exponer pruebas y fundamentos. Lo cual es, honestamente, ridiculo. Particularmente si se tiene en cuenta que las religiones exigen fe y que la fe es algo complicado de tener: creer en algo que no interactúa de ninguna manera con nosotros es bien difícil así que, entre más razones pueda uno inventarse, mejor.

Y hemos llegado al punto espinoso de esta entrada que diré de frente: los creyentes no tienen razones para creer. Esto no es algo malo, yo no puedo ir exigiendo a todo el mundo que lleve un inventario detallado de por qué cree las cosas que cree. Al día de hoy no tengo ni la más remota idea de por qué cruzo los dedos creyendo que afectarán el resultado de un dado, pero igual lo hago. También admito que no tengo ninguna razón, pero escogí vivir mi vida haciéndolo, es mi elección, muchas gracias. No tengo la necesidad de escribir un tratado apologético sobre las razones por las cuales es verdad que cruzar los dedos hace que salga el número que quiero en los dados para ser feliz cuando los cruzo.

Creo que ya me he pasado de largo en esta entrada así que la dejaré aquí por ahora. Después seguiré con los detalles del asunto y entraré a mirar algunas de las pruebas que se dan para mostrar la existencia de los dioses (porque, también seamos honestos, el argumento de la primera causa se puede aplicar tanto a Jehová como a Zeus) y, si me alcanza el impulso, y no tengo nada más interesante para escribir, expandiré sobre la ciencia y la fe, muy especialmente porque es diferente "creer" en la gravedad y creer en un creador de todo lo que vemos.

Por ahora, me iré a leer a ver si encuentro algo interesante para escribir... la religión a veces cansa.

2 comentarios:

  1. Sesgado su comentario sobre los musulmanes. La violencia ha sido usada un algún momento por varias religiones, sin ser esto exclusivo de una sola y menos elemento escencial de fé (así se intenten justificar en esto).
    Por lo demás, la visión moral que está cada una de estas crencias religiosas es el argumento que justifica su ánimo expansionista (es mas cómodo vivir con alguien que tiene una persepción moral similar a la mía). Esto no significa que tengan razón en intentar "convertir" a todos

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  2. No es sesgado... más bien un ejemplo. Es como si cuando explico en clase los monopolios hablo de los fabricantes de gaseosas. Pero su punto también es válido. Todas usan por igual la violencia (bien sea física o sicológica) para cumplir su fin.

    Gracias por comentar.

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