martes, 20 de octubre de 2009

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La escritura, al parecer, es un proceso completamente inercial. Después de escribir completamente juicioso todos los días durante poco más de un mes frené en seco por asuntos laborales. Como soy un animal de costumbres, no he podido ajustarme a escribir de noche ya que no puedo tener un itinerario preciso para hacerlo. Debería intentarlo por lo menos y no perder el impulso que llevaba.

Lo más aterrador es que entre más tiempo paso sin escribir es más difícil comenzar a escribir nuevamente. De ahí que haya escrito sobre la falta de inspiración casi tantas veces como "descansos" me he tomado: son una forma de hacer visible mi problema y obligarme a escribir más. No ha sido falta de temas, hay bastantes (por ejemplo, después de tanto buscar, ya hay disfraz). Es más una falta crónica de impulso y de terminar de darle forma a las ideas.

Mientras más escribo es más fácil, por ejemplo, hilar diferentes temas en una sola entrada. Comenzar con una inspiración fortuita y de ahí partir hacia lo desconocido. Al detenerme pierdo esa habilidad. No lo creía, pero escribir en realidad es como entrenar para un deporte o tocar un instrumento; si deja de hacerse se comienza a perder, aunque no del todo.

Así pues, esta breve entrada servirá para anunciar que volveré a escribir a diario (comenzando, lógicamente por otra entrada hoy). A la hora que sea y donde sea... le debo muchas cosas a muchas personas (como lo de sangre q-agulada panelita).

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