Cuando alguien me pregunte por qué soy tan duro en ocasiones contra la religión lo remitiré a este artículo. O a cualquiera que salga ese día con algo igual o peor.
Si, son extremos, pero los extremos no pueden vivir en un mundo de tibios.
No es cuestión de convertir a nadie. Es cuestión de invitarlos a pensar.
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