viernes, 31 de julio de 2009

¿Por qué la actividad de los bancos es incomprensible?

La diatriba sobre el trato que me dio Bancolombia es la entrada más comentada de este blog (5 personas). En aquella ocasión comencé aclarando que mi problema no es con la institución de la banca sino con un banco en particular. He leído hoy una noticia que me da razones para expandir mi postura sobre ese tema.

Dice Portafolio que una encuesta reciente revela que la gente ya no cree en los bancos. Además, para aquello del dramatismo, hace énfasis en el hecho de que hoy la gente confia menos que hace un año al punto de que, hoy en día, los bancos tienen la misma imagen que tenían cuando estalló el UPAC. Como supondrán, eso es descubrir el agua tibia. Casi todo el mundo desconfia de los bancos, se escucha en los noticieros, se lee en los periódicos, se escucha en radio y le cuentan a uno los amigos (como yo, después del mal genio que me dio con Bancolombia).

Mi problema fue exclusivamente de servicio al cliente. Cuando en un restaurante me atienden mal le digo a mis amigos y conocidos para que no vayan, pero no me pongo a decir que la carne era de caballo. Por más mal que me traten los bancos, soy un gran convencido de que es el mejor sitio para guardar mi plata. No porque Bancolombia me trate como un don nadie (que lo soy, pero no tienen que hacerlo tan evidente) quiere decir que piense que me roban la plata. Tampoco soy de los que piensa que las ganancias de los bancos sean aberrantes, si ganan mucho algo tienen que estar haciendo bien.

El problema de fondo lo menciona Rudolf Hommes de forma tangencial: la gente no tiene ni idea de como funciona un banco. De forma sencilla lo que hace un banco es recibir mi plata y pagarme por dársela (ahorro). Mi plata, junto a la de mucha más gente, se la da luego a otras personas que la necesitan y están dispuestas a pagarle al banco por ella (crédito). La diferencia entre lo que le pagan al banco y lo que el banco me paga es lo que gana el banco.

Que lo que me paguen sea poquito o lo que le cobren al otro sea mucho, es otra cuestión. Lo importante es que teniendo mi plata en el banco al menos me pagan algo, por pequeño que sea. Además, no tengo el problema de estar cuidando celosamente una cajita con todos mis ahorros. Pero como todos queremos ganar plata fácil, queremos que el banco nos de $100 por cada $50 que damos.

La cruda realidad es que los negocios que más pagan son los más arriesgados. Como el banco solo hace negocios con seguridad casi completa, pues paga poquito. Si lo que todos aquellos enamorados de DMG quieren es ganar mucha plata, pues que busquen inversiones bien arriesgadas. Así, cuando pierdan la plata, al menos lo habrán hecho de forma legal.

Por el otro lado cuando se habla de crédito comienzan a sonar los violines y sale un señor con cara triste diciendo que ha tenido que pagar su casa 10 veces... ¡10 veces! Los bancos deben estar manejados por unos seres malvados que patean cachorritos solo por diversión... ¿O no?

Los bancos tienen que pagarme por la plata que les dí. Además, por aquél fenómeno conocido como "inflación", un peso de hoy vale menos que un peso de hace 10 años. Si no me creen pueden preguntarle a sus abuelos cuanto les costó el primer carro que compraron. El primer carro que compró mi abuelo costó $200, sin miles ni millones. Los mismos $200 que vale hoy en día una cajita pequeña de chicles.

Con este ejemplo pregunto: Si usted le presta $1 millón a alguien hoy para que se los pague en 10 años ¿le recibiría el mismo millón? Si su respuesta es "si", por favor, necesito plata prestada. Si su respuesta es "no", felicitaciones, los bancos responden lo mismo. Por eso es que (nuevamente los violines) la casita que el señor de cara triste compró hace 15 años en $50 millones hoy vale $100 o tal vez más. Pero nadie lo ve diciendo "la vendo en los mismos $50 que me costó" ¿Eso lo hace un ladrón? No, eso lo hace un hipócrita.

Hay otras cuesiones sobre poder de mercado que hacen que traten a los clientes como se les da la gana o que cobren $7000 por sacar plata de un cajero. Sin embargo, estas cuestiones no son centrales al negocio bancario y no deberían ser razones para desconfiar de los bancos. Son razones para exigir mejores tratos y quejarse ante quienes deben escucharlo.

Quien contrató la entrevista fue el gremio bancario. A ellos una sola propuesta: dejen de gastar plata en encuestas mientras esperan que mágicamente mejoren las cosas. Mejor les propongo que la gasten en hacer un par de campañas educando a la gente, luego, si quieren, miran qué tal les fue con eso. Pero si la gente sigue pensando que los bancos son una rama del gobierno dedicada a espiar las transacciones de los ciudadanos, no creo que vayan a salir pronto de su 2% de imagen favorable.

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